lunes, febrero 17, 2014

Lunes 17 de febrero


Bach, tocata en C menor, BWV 911.
Hace falta genialidad en la composición y virtuosismo para la interpretación.
La primera versión que escuché fue hace, quizá hace 25 o 30  años. Aquel tiempo en que dedicaba buena parte de mis ingresos a la compra de música.  En el piano  Martha Argerich. La interpretación parecía imbatible. Cada nota, es decir cada tecla, en su aparente individualidad danzaba entre las que le acompañaban.  Una edición de la Deutsch Gramophone. Long Play, es decir un LP, que escucho aun de tiempo en tiempo en un tocadiscos que reproduce lo mismo el talento de la Argerich, que el scrach reglamentario del vinil.
Ahora, mientras escribo estas líneas, escucho la misma Tocata, en la  versión de David Fray, que se encuentra en un portal de música en la red. No hay scrach.
No es fácil entender la “sombra” humana. Al menos, no para mí. Hace unos días, visitando una librería de la ciudad encontré un libro extraño. Una obra de lujo en su edición. El sólo título llamó mi atención: “El libro Negro”. Los autores,  de hecho son editores, dos rusos,  Vasili Grossman e Ilya Ehrenburg.
No compré el libro. Venía cubierto por una envoltura de plástico que no me atreví a romper. Anoté el nombre de los autores y el libro y llegando a casa busqué en la red. “El libro negro” recoge los testimonios de los sobrevivientes - de sus familiares en otros casos-  judíos al exterminio alemán durante la invasión nazi a Rusia, en la segunda guerra mundial.  Un libro que pudo ser publicado poco más de 30 años después de ser completado el original. He leído, en la red, desde la historia del libro mismo, como algunos de los testimonios. Los relatos no dejan duda de la extrema crueldad humana. Las historias sólo se comparan ( es, espero que se entienda, sólo una forma de decirlo) con las historias de los judíos asesinados en la propia Alemania nazi, o quizá con los relatos de quienes fueron testigos de la conducta de los militares argentinos, chilenos, uruguayos, paraguayos en la década de los setentas, durante las dictaduras.
Recuerdo las denuncias de Fray Bartolomé de las Casas, sobre la crueldad extrema de los soldados españoles en contra de los indígenas allá entre los finales de la conquista y los inicios del virreinato.
“El otro”, “ la otredad” , despierta lo peor de nosotros. Suma de miedo, encono, ira irracionales  desatados.
Vasili Grossman escribe una novela “ Vida y destino” que inicia relatando la vida en un campo de concentración, de exterminio.
Termino.

Bach, partita no. 6 BWV 830.