domingo, marzo 12, 2006

TE DI LA VIDA ENTERA

TE DI LA VIDA ENTERA

Zoé Valdés

En poca , muy poca literatura la noción del espacio circundante ( que en algunos sería decir, de la tierra, de la nación , de la patria, ), en este caso de la isla se hace presente como en la literatura Cubana. José Martí, Nicolás Guillén, José Lezama Lima, Dulce María Loynas, Guillermo Cabrera Infante son solo ejemplos de lo anterior.
El mar, el oscilar del mar, la profundidad del mar, su canto , su susurro ; la noche, su inasibilidad, su irrefutable contundencia ( de Cabrera Infante se dice que hay libros suyos , “Tres Tristes Tigres”, por ejemplo, que están escritos para leerse de noche ) ; la música , el ritmo , la cadencia de sones, danzones, cha cha chas ( de los boleros en particular ) se encuentran siempre presentes en la literatura Cubana. Mar , Noche y Música parece que establecen las formas básicas, el pentagrama, el lienzo donde se escribirán las historias. Ahora que pienso, pareciera que en Cuba, aún la literatura se escribe en un pentagrama.

Zoé Valdés no es la exepción. Su novela, Te di la vida entera, tiene como telones de fondo irremplazables el mar, la noche, los boleros. En medio del pentagrama en donde se escribe la literatura Cubana, Zoé narra la historia de un amor ( ya se es el título de un bolero, pero no puede ser de otra forma ). Un amor tan apasionado como infortunado ( ¿pero cuando terminan bien los amores narrados por los boleros?) entre Cuquita Martínez y el Uan. Un amor cuya desventura predecible desde la noche en que se conocen y bailan el primer bolero interpretado por Beny Moré “ En este bar te vi por vez primera/ y sin pensar te di la vida entera/ en este bar brindamos con cerveza/ en medio de tristeza y emoción”. De ese amor destinado a la soledad nacerá la única hija, del único amor de Cuquita. “ Mi hija nació un siete de septiembre, día de Yemayá y de la Virgen de Regla, y había temporal y el mar regía revuelto, las olas tapaban el muro del malecón, y el viento zumbaba bestial contra las persianas y ventanales de vidrio…Bauticé a mi hija, con un nombre sencillo: María Regla…”.

La novela lleva al lector a una historia que parte, además del mar, la noche y la música, de la transición política que fractura la historia contemporánea de la isla : la revolución. Así, sin pretenderlo ( no es una novela deliberadamente política ) , Te di la vida entera , es una travesía por la Cuba pre, re, y posrevolucionaria. Y bueno, la postura ideológica de Zoé , que claramente se deja sentir en el texto no es favorable a Castro. Al igual que Cabrera Infante, la autora termina por abandonar la isla exiliándose voluntariamente, en su caso en Francia ( Cabrera Infante lo hace en Inglaterra ) mientras adquiere la ciudadanía española.

Pero volvamos la novela.
Fresca, bien escrita, con sentido del humor y de la realidad , de la Cubanidad, Zoé plantea con sencillez la vida una jóven ( que luego mujer ) a la que le va en la vida , como a muchas mujeres: Enamoramiento súbito, tan ingenuo como apasionado ; entrega al ser amado, abandono, espera, embarazo, soledad. Espera, espera y espera. ¿El Uan vuelve algún día? Sí, pero como en Penélope de Serrat , el que vuelve es otro, no quién Cuquita espera. La relación entre los otrora amantes apasionados tiene nuevos matices.

La novela se cobija prodigiosamente bajo el manto de las letras de boleros prodigiosos, de historias hechas canción , que nacen y dictan las historias de amor y desamor primero de la isla, y luego de los lugares a donde el mar los llevó.

Desilución , desolación, búsqueda, una esperanza ( por el amor , por la vida, por la sociedad en la que vive ) se mantiene presente a lo largo de la historia de Cuquita y el Uan. También queda claro en la narrativa de Zoé que de Cuba solo son fieles, leales, el mar , la noche y la música. Que ellos estaba cuando los excesos y el envilecimiento lo mismo de Batista, que de la revolución, que ellos permanecerán mucho después.

“Habanidad de habanidades, todo habanidad. Dos desmadres tengo yo, la ciudad y la noche. Recordar es abrir esa caja de Pandora de la que salen todos los dolores, todos los olores y esa música nocturna”. ( Guillermo Cabrera Infante)

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