lunes, diciembre 30, 2013

Cerramos el 2013.
¿Dónde estamos?  ¿De dónde venimos?  ¿Qué buscamos? ¿Qué causas hemos defendido?
¿De qué madera estamos hechos? ¿Algo hemos aprendido del pasado? ¿Nos seguimos tropezando con la misma piedra?
Hacemos las cuentas reglamentarias y el resultado se parece demasiado a las anteriores. Demasiada pobreza, demasiada injusticia, demasiado dolor. El neocapitalismo nos devora. Año tras año, la riqueza se acumula en menos manos mientras la pobreza se expande inmisericordemente. Pero,  esto se había anunciado. El capital, libro de Carlos Marx, oráculo del socialismo  cumple 146 años.
Hace 45 años del movimiento mundial de jóvenes en contra del establishment, estaban hartos de las decisiones del dueños del mundo que no dejaban que el poder se escurriera fuera de sus manos. Hace 45 años del’68 de Francia, de Inglaterra, de los Estados Unidos, de Alemania, de México. Hace dos años del inicio del movimiento ( M-15)  de los Indignados, jóvenes en todas partes del mundo, que están hartos de lo mismo.    
Hace 107  años de la huelga de Rio Blanco, 106 de la de Cananea, 103 del inicio de la revolución Mexicana, pero pocos se han enterado. En México y en alrededores la explotación humana (y el cinismo que suele acompañarle) gozan de buena salud. Hace 19 años del levantamiento del EZLN y que leímos los comunicados del subcomandante Marcos
Hace 56 años de la muerte de Gabriela Mistral . También se llamó Lucila Godoy. Su poesía iluminó  el basto territorio latinoamericano.
Hace 71 años, que Cassius Clay se negó a ir a Vietnam. Cambió su vida, su nombre por Mohamed Alí, y la historia del box.
Hace 56 años  murió Pedro Infante. Aun hay quién suspira cuando le escucha cantar.
Hace 51 años murió  Marilyn Monroe, hace   46 años   Vivien Leigh ,  hace 31 María Callas,  26  Rita Haywoth e Ingrid Bergman,  hace 21 Malene Dietrich.
“Por qué discutir por cosas que podemos arreglar a golpes” decía mi amigo Arturo.  El lema lo hemos aplicado con toda puntualidad lo mismo entre vecinos, entre partidos  políticos que entre países.
Hace 77 años del inició de la Guerra Civil Española, y hace 38 que terminó la dictadura Franquista. El “Guernica” de Picasso este año cumple 76.  Antonio Muñoz Molina, Javier Cercas, Almudena Grandes, José maría Gironella, Antonio y Juan Goytisolo (entre muchos otros, siguen escribiendo las historias de esa Historia). Quizá no habrá manera de escribirlo todo, de recordarlo todo, de saberlo todo, pero esto, poco importa porque cada memoria, cada recuerdo cuenta.
Este 2013 se cumplen  99 años de las Guerras de los Balcanes, y el año entrante se cumplirán cien de la Primera Guerra Mundial, 74 del inicio de la 2ª.
Hace 97 años de las batallas más sangrientas en la historia humana: Verdúm y el Somme.
No puedo mencionar la segunda guerra mundial sin decir que el Muro de Berlín que partió al mundo en dos, duró vigente 28 años.
Hace 31 años que junto con mis amigos Arturo ( el del lema de “ por qué discutir..,”), Eduardo y Pepe, fui a ver Star Wars, episodio IV.
Hace 33 años que leí por primera vez “El Señor de los Anillos” de  J.R.R. Tolkien.
Hace una semana vi la segunda parte de “El Hobbit” en la versión de Peter Jackson. Nada como Tolkien en blanco y negro.
Hace 16 años murió Jacques Cousteau.  No sé cuanto de lo que sabemos del mar y sus secretos se lo debemos a él y a su Calipso.
Hace 106 años nació Frida Kahlo. Diego Rivera murió hace 56 años, José Clemente Orozco , hace 64 y David Alfaro Siqueiros hace 39.
William Faulkner nació hace 116 años, y Miguel de Cervantes nació  hace 466.
Bram Stoker murió hace 101 años ( su Drácula , como era de esperarse,  sobrevive).
La revolución cubana inició hace 54 años encabezada por Fidel castro, Camilo Cienfuegos, y Ernesto “El Che “ Guevara, quién muriera, haciendo revoluciones, hace 46 años en Bolivia. Este año se cumplieron 51 de La crisis de los misiles que enfrentara a J.F. Kennedy y Nikita Kruschev y Fidel Castro.
Hace 50 años de la publicación de “Rayuela” y 46 de “Cien años de Soledad”.
Hace 156 años que se publicó “Madame Bovary”, hace  151 que Víctor Hugo publicara “ Los Miserables”, 141 que murió Charles Baudelere,  121 que nació Herman Hesse y tenemos 53 años sin Camus, 33 sin Sartre y  27 sin la que fuera su mujer, Simone; van tres años sin José Saramago, uno sin Carlos Fuentes.
Hace 263  años murió  Johan Sebastian Bach,  hace 186 Ludwig van Beethoven,  166 Felix Mandelssohn, y 76 que murió George Gershwin. Bela Bartok muere hace 68 años y Mstislav Rostropovich (y su cello imbatible) murieron hace 6 años.
Hace 51 años del primer disco de los Beatles (Love me do)  y 43 del último (Let it be). Nos quedamos sin Lennon hace 33 años, sin Harrison hace 12;  sin Louis Amstrong hace 42 y sin Ella hace 17, y llevamos 15 sin Sinatra.
Hace 111 años que Gustav Mahler le escribiera a Alma, su amada, la quinta sinfonía que incluye el Adagietto de amor, más bello jamás compuesto, y hace 53 que Pablo Neruda escribiera, para Matilde Urrutia sus 100 Sonetos de amor.
Hace 36 años que las madres de desaparecidos durante la dictadura militar en Argentina comenzaron a reunirse en la Plaza de Mayo para reclamar el regreso de sus desaparecidos.
Hace 45 años de la matanza de jóvenes en la Plaza de las Tres Culturas. 
Hace 24 años de la matanza de jóvenes en la  Plaza de Tian’ anmen.
La Guerra de Viet Nam, que pusiera en jaque a medio planeta,  terminó hace 38 años.
Hace un año se encontró la partícula de Higgs.
Este año cumplí 58 de edad y van tres de mi operación a corazón abierto.
Hace trece años que publiqué mi primer libro, y hace 28 que escribí mi primer artículo para  “El Mexicano”; hace 26 años que hago radio y el más reciente fue el miércoles pasado.
Este año me consolidé como lector de Roberto Bolaño y terco lector de Sabines, Neruda , Becerra y Cortázar. Bolaño este 2013, cumplió 10 de su muerte, Sabines 14, Neruda 40, Becerra 43 , Benedetti 4 y Cortázar,29. Este año, Silvio Rodríguez cumple 67, Eduardo Galeano  73 y Joan Manuel Serrat, 70 y su amigo Joaquín Sabina, 64.
Miro el mundo, leo el mundo, escucho el mundo y la cosa no ha cambiado mucho. Nos aferramos a la esperanza, a la utopía, al arte, a la búsqueda, al misterio.

Según mis cuentas, hace 43 años (a los 15)  que escribí mi primer poema, hace 28 publiqué mi primer artículo, en el periódico, y hace 13 mi primer libro. Mi pluma sigue goteando.    

sábado, diciembre 21, 2013

El tiempo que viene


Prendo la computadora.
De tiempo en tiempo recuerdo el tiempo en que escribir era sacar la máquina portátil, ponerla sobre la mesa del comedor, ponerles las hojas sándwich (con el papel carbón en medio), ajustarles horizonte, la línea media. Luego teclear con esa mezcla entre firmeza y pausa,  cuidando el error (era un monserga corregir los errores, corrector en ambas hojas). Recuerdo. Aún tengo artículos de esos  ayeres. Tiempo. No recuerdo donde quedó la Olivetti, y trato de recordar el hombre que la usaba.
Cotidianidad.
Escucho en el reproductor de discos compactos el Cello  bajo el dominio absoluto  y esa misteriosa sensibilidad (el arte siempre será un misterio ) de  Pablo Casals.
Casals. Mucho antes  que Yo Yo Ma, antes que Rostropóvich, antes que Sara Sant Ambrogio. Todos  después de Bach.
Esta es mi Cotidianidad. Computadora, lap top, discos compactos, los portales de la red con música inimaginable. De radio  de transistores a la omnipotente red.
Este es el tiempo que me tocó vivir.

Nací en 1955, en julio, en domingo, a las 10 de la mañana. Tengo (claro) 58 años y el reloj sigue (tic tac) corriendo. A estas alturas  se han acumulado en un servidor una buena cantidad (y calidad) de gustos, peculiaridades, obsesiones, delirios, querencias. La música, la literatura, la Historia. Los hombres y los pueblos somos entes históricos,  nuestra memoria para nuestro bien y  nuestro mal va con nosotros, vive con nosotros, es nosotros, quizás, no quizás,  es un hecho,  nos sobrevive.

Hoy hago radio una noche por semana y me recuerdo a los 4, 5, 6, 7 años  escuchando un programa de radio matutino que transmitía la XEW en la ciudad de México.
Yo tenía seis años, asistía a la primaria a unas escasas cuadras del Parque de Beis Bol del Seguro Social. Ahí jugaban Los Diablos y Los Tigres. En aquel entonces,   era el Barza y el Madrid, el Bocca y el River, el Millan y la Juve. Batallas campales.

Hoy de tiempo en tiempo miro por la televisión el estadio de ciudad universitaria, y me recuerdo en medio de sus gradas, me miro en él, me siento  él. Tengo siete, ocho, nueve años y mi papá me lleva a los juegos donde el Atlante (¡ Ah por que mi papá el Atlante y Horacio Cazarín y luego el Manolete Hernández, y Rafael “el wama ” Puente); y ya instalado en el recuerdo, los camiones a la salida del estadio de C.U. primero, y el “Azteca” después en mañana de domingo para luego  llegar a casa de mi abuela Elena a donde mi mamá y mis hermanos  y mis  tíos y  primos  compartíamos la barbacoa reglamentaria del domingo. Hoy,  50 años después,  basta una imagen, el pase de Xavi a Iniesta, la pelota en los pies de Messi, para detonar el recuerdo de las tardes de futbol con mi papá en el “Azteca”.

Somos nuestra historia. De ello no me cabe duda. Como también somos nuestra decisiones de cambio, nuestras revoluciones internas o personales, nuestro ejercicio de la libertad, nuestra imaginación.

Esta manía por la historia, por el recuerdo,  desemboca irremediable de tiempo en tiempo en alguna nostalgia, sin embargo es una realidad que estas imágenes, estas voces de ayer, en particular en los momentos difíciles  me han ayudado a recuperar o redefinir el sentido de vida  de  este hombre que ahora soy.

Claro que hay nostalgias para todo. A esta edad, hay mucho que rememorar. Rememoramos lo que recordamos, lo que sabemos está ahí, en el baúl de las historias recordadas y las olvidadas (porque ero no faltan sorprendentes asaltos a la razón cuando aparecen, de quién sabe dónde, recuerdos perdidos, historias que creíamos olvidadas, nombres, lugares, rostros que no tenemos la menor idea de dónde estaban y que nos regresan fragmentos, capítulos enteros de nuestra historia). Rearmamos el rompecabezas. Nos rearmamos a nosotros mismos.

Reaparecen entonces, viejos amigos, noches que se despliegan ante nuestros ojos recordándonos su existencia, canciones que musicalizaron nuestros primeros amores (y los segundos , los  terceros, los  cuartos),   libros que despertaron nuestra primera imaginación, conciencia o nuestra indignación.

Me doy cuenta, entonces, que en realidad no hay olvido. Hay cosas mal acomodadas. Recuerdos que no sabíamos dónde los habíamos puesto, pero cualquier día, cualquier tarde, como suele ser en nuestra cotidianidad, buscando otra cosa, es que aparecen. Es entonces cuando nos asaltan 20, 30 años de nuestra historia.

Es entonces que miramos las cosas desde cierta distancia, y la vida, ese absurdo de horas y horas, parece cobrar sentido, aparece cierto orden. Algo entendemos.





Algo.
Entiendo por qué no me saben igual los bisquets de ahora, que los que comía  en el café de Chinos de Álvaro Obregón; por qué tiene su encanto el LP sobre  ituns;  por qué el Atlante a las 12 de domingo en el Azteca; por qué la barbacoa en casa de la abuela Elena ; por qué el mar de Veracruz y el café de La Parroquia no son sustituidos por el mar de Ensenada; por que la Olivetti tiene ese ascendente sobre esta lap top.

Algo entiendo.

No entiendo los feminicidios;  la masacre ecológica; la depredación de la esperanza; la creciente soledad humana;  el cinismo de la clase política;  el desprestigio del amor; la actual pobreza del espíritu humano; el exceso de ruido; la prisa por llegar a ningún lado; esta premura por morirnos en vida.      

Pero, qué quieren, sólo tengo 58 años, muy joven para entender estas cosas; o demasiado viejo para acomodarme al cinismo.


Viene más vida por delante, el tiempo que viene será (como siempre) un bello misterio tan indescifrable como absurdo,  que me tomará, uno nunca sabe, escribiendo, tomando un café o mirando jugar al Barza. 

lunes, diciembre 16, 2013

La vida   en  momentos parece que se nos va de las manos.
No es fácil contener entre los dedos un momento, una imagen, un suspiro, una palabra.
Pero nos resistimos a la fragilidad, al destiempo, a la distancia.
Como nos resistimos al vacío, al silencio, a la muerte.
Queremos por sobres todas las cosas,  lo improbable, lo inasible, lo inalcanzable, lo eterno.
Pero la eternidad es un acto de amor.
Soy el lugar donde nace el eco de  tu nombre.
Soy la piel que es memoria de  tu caricia.
El recuerdo de tu vida esta resguardado en mi memoria
Mi vida, te  lleva a ocultas donde va.

Y cuando alguien me recuerde a mí; te recordará.

viernes, diciembre 06, 2013


El tiempo.
La vida.
Nada vuelve. Bien lo sé.
El río de Heráclito,
el cosmos que inagotable se expande.
El tic tac inmutable, impasible.
El viento, las nubes que se disipan y no vuelven.
Lo sé.
Pero hay tardes, alguna noche
en que un deseo tan imposible
como improbable se cuela entre mis horas.
Terquedad, nostalgia, esto no lo sé,
Pero quizá lo sé.
Mirarte, otra vez,  por  primera vez.
Mirarte mirándome, otra vez,  por primera vez,
besarte, sentirte, penetrarte, escucharte decir
tu nombre, mi nombre
 por   primera vez.
Asombrarme, ilusionarme, desearte,
soñarte como si sólo  hubiera,  una vez.



jueves, noviembre 28, 2013

Pienso en tus manos como dos hojas del árbol que es tu cuerpo, que caen flotando sobre el campo que soy;

Pienso en tus labios  como  olas del profundo mar que es tu cuerpo que descansa en la playa que soy;

Pienso en tu aroma como el  susurro de viento que eres y acaricia el trigal que soy;

Pienso en tus palabras de amor como el  idioma que eres, que se plasman sobre la página en blanco que soy;

Pienso en tus ojos como las lunas que iluminan la noche soy


 Pienso en tu cuerpo como el recipiente donde se deposita, el hombre que  soy.

jueves, noviembre 14, 2013

A veces



A veces la vida parece eso, un mar sin costas, un río sin orillas,  un cielo sin horizonte.
A veces, sólo a veces, no hay  un monte, una estrella, una nube, un cuartito menguante, una leve briza.
 A veces, miramos hacia atrás, sobre lo andado,  y no parece haber diferencia de lo que se mira hacia adelante, lo que nos falta andar, o hacia arriba, donde se haya lo  que nos alumbra, o hacia abajo donde arrastramos las sombras. 
A veces, sólo a veces se escuchan  murmullos de quien sabe dónde, parecen palabras, entonces parece que alguien habla,  pero también parecen llantos, y entonces parece que alguien llora.
No siempre sabemos si lo que escuchamos es el agua que corre por un río que no alcanzamos a ver. Un río que no tiene orillas, que desemboca en un mar que no tiene puertos, cobijado por un cielo sin horizontes. 

Entonces, a veces, escuchando el silencio  de mis pasos, me  doy cuenta, con la vida abierta  por los seis costados,  que las palabras que el viento arrastra y se escuchan como murmullos que corren por debajo de la tierra;  que las lágrimas que  me llueven , dejando una huella húmeda  cada paso que doy ,  son mías,  y que   yo soy  un  río sin orillas, un   mar sin costas,  cielo sin horizonte.

sábado, noviembre 09, 2013

Solo

Estoy más solo, sin ti desde aquella noche.
No, no sé a qué hora salí de la habitación donde horas antes, en medio de mi asombro, te despojaste de la blusa, de tus miedos, de tu falda, de tus incertidumbres, de tus recuerdos.
Es poco lo que recuerdo de lo ahí sucedido. Miradas sacudidas
,cuerpos extraviados, manos huérfanas, un noche rodeándonos. Algo dijimos, algo callamos.
Tampoco recuerdo la hora en que atravesé la puerta de tu casa, que tiene a un lado el librero, de donde tomamos el libro de poesía del que leímos tres o cuatro textos. Sé que regresé, solo, muy solo a la otra noche, la que no te contiene. Sí , estoy más solo (estoy sin ti) desde aquella noche.
¿Acaso tú  recuerdas? ¿Recuerdas lo que dijiste, lo que callaste? ¿Nos despedimos ? ¿Nos besamos antes de que yo partiera? ¿Nos miramos en los ojos del otro una última vez ? Te quedaste en la habitación, acurrucada en un lecho lleno de aromas, en quietud, finalmente pacificado, mientras yo salía sin rumbo a una ciudad solitariamente adolorida.

Estoy más solo, sin ti, desde aquella noche. Mi vida antes de ti, es un recuerdo que se pierde en la penumbra.

jueves, noviembre 07, 2013


Mis manos, bueno,
para delinear tu rostro  y palpar tu mirada,
para capturar y sostener tus palabras,
para impregnarlas , y tu aroma me acompañe en las tardes lluviosas ,
para tomar tus manos (y tu brazo y tu cintura y tu pelo),
para recorrerte, ponderarte, calcularte ,  describirte, y luego escribirte.
Mis manos,
frente  ti  a ti,
son mi termómetro, mi diapasón, mi barómetro, mi péndulo.
Con mis manos te narro, te hablo,
te susurro, te deletreo,
te cuento mis historias
(las reales y las imaginadas),
te muestro mis querencias;
te escucho (porque tus ojos, tus hombros,
tu pecho, tus aromas, hablan – cuentan sus deseos, recuerdan nostalgian)
Con mis manos,
 te descubro textura, contorno, cóncava, convexa;
te sostengo cuando te abrazo,
te cerco cuando te beso,
doy testimonio de tu cuerpo,
corroboro tu existencia,
te distingo de la que imagino o sueño.
Mis manos son el yo, que más te habla.

Para  lo demás, es decir,  para rascarme la cabeza,  prepararme el café,     sobarme cuando me golpeo la rodilla,  limpiarme los lentes, tocar alguna puerta, teclear, saludar a personas que conozco ( y a las que no conozco),  mis manos son utilería.  

martes, noviembre 05, 2013

Mi  cuerpo palpita  entre tus brazos. Tu  aliento tibio me  abraza. Mientras me encuentro en  tu mirada, te reconozco, a ti, ahora, aquí, conmigo. Estas aquí, no eres recuerdo, ni metáfora de rosa, o de uva, o de gota de rocío. Ni eres cuerpo que brota  de mi imaginación.

Estas aquí, ahora.

Palpitas, respiras, respiro, tu cuerpo se acomoda en mis brazos y en mis silencios.

El amor existe  mientras tú existes.

El amor existe por que yo existo.  


Estas aquí,  tus manos son un cuenco que se llena y derrama en el encuentro entre mi piel y tu piel.

lunes, noviembre 04, 2013

Ni tu

He besado tu vientre, tu mirada, alguna de tus palabras;
he palpado tu sueño, tu respiración, tu aliento;
mis dedos han rozado el rojo de tu boca, 
el borde de tu pecho, el abismo de tu espalda;
he tenido algunas veces y he imaginado en incontables ocasiones tu inconmensurable e inagotable hermosura.
Mis manos han recordado tu tibieza, mis oídos tu cadencia, mis labios tu temblor.
Pero tu recuerdo no te hace más tangible.
Mi nostalgia de ti es tan inasible como tú misma.
Acostumbrado como estoy a tu nostalgia, tu recuerdo, y mi memoria, tengo que confesar apesadumbrado, que mi mejor recuerdo no alcanza tu belleza
No, no hay mujer más bella que tú. 
Ni tú.

sábado, octubre 19, 2013

I
Dije que te  escribiría o te dije que escribiría de ti.
No lo recuerdo.
Ahora estoy en un café en una esquina de la ciudad.
Hace noche, luna y frío.
En una mesa una mujer espera.
Yo leo una novela de un autor que ya murió.
El café dejará su  aroma  en mi auto.
Estas palabras son para ti.

II
Te dije que te escribiría o dije que escribiría para ti.
No lo sé, pude haber dicho ambas cosas.
Ayer  hizo calor, mucho. El verano  extiende, y la yerba  se seca.
Pero ayer pudo llover, es decir, imagino que ayer pudo llover.
Imagino el cielo gris,  las quizá un relámpago, y luego las gotas chocando contra las ventanas y cayendo sobre los vidrios creando ríos verticales, uniéndose en  lagos diminutos en los pasillos, en los  pisos.
Imagino el olor a tierra mojada,  el aire húmedo y fresco, la noche goteando.
Estas palabras son para ti.

III
Una noche  pensé que siempre te escribiría, o una noche  te dije que siempre  escribiría de ti.
No lo recuerdo.
Tengo un par de cuadernos nuevos. Sus hojas blancas son un lienzo y un reto,
También son  una nube, o espuma sobre las olas. No sé qué palabras escribir primero.

La palabra que escriba  se quedará en la página,  como  tus ojos en mi recuerdo,
como tu caricia en  la nostalgia de una parte de mi cuerpo, como una cicatriz,
ahí, recordando que existes. Pero si la página es nube o espuma, la palabra se disipará,
y sólo perdurará en la memoria de quien la vio en el breve instante de su existencia.
Estas palabras son para ti.

IV
Una tarde me  dijiste  que escribiera de ti, o una tarde me dijiste que te escribiera.
Quizá no lo recuerdas.
Te recuerdo y recuerdo que te recuerdo por las tardes,
a veces te recuerdo  en las noches sin luna,
en aquellas en que camino por el centro de la ciudad
llena ruidos o vacía de ruidos, o vacía de silencios.
Camino y  escucho mis pasos.
Supongo entonces que la ciudad se llena de silencio.
De mi silencio y del tuyo.

Estas palabras son para ti.  
I
Dije que te  escribiría o te dije que escribiría de ti.
No lo recuerdo.
Ahora estoy en un café en una esquina de la ciudad.
Hace noche, luna y frío.
En una mesa una mujer espera.
Yo leo una novela de un autor que ya murió.
El café dejará su  aroma  en mi auto.
Estas palabras son para ti.

II
Te dije que te escribiría o dije que escribiría para ti.
No lo sé, pude haber dicho ambas cosas.
Ayer  hizo calor, mucho. El verano  extiende, y la yerba  se seca.
Pero ayer pudo llover, es decir, imagino que ayer pudo llover.
Imagino el cielo gris,  las quizá un relámpago, y luego las gotas chocando contra las ventanas y cayendo sobre los vidrios creando ríos verticales, uniéndose en  lagos diminutos en los pasillos, en los  pisos.
Imagino el olor a tierra mojada,  el aire húmedo y fresco, la noche goteando.
Estas palabras son para ti.

III
Una noche  pensé que siempre te escribiría, o una noche  te dije que siempre  escribiría de ti.
No lo recuerdo.
Tengo un par de cuadernos nuevos. Sus hojas blancas son un lienzo y un reto,
También son  una nube, o espuma sobre las olas. No sé qué palabras escribir primero.

La palabra que escriba  se quedará en la página,  como  tus ojos en mi recuerdo,
como tu caricia en  la nostalgia de una parte de mi cuerpo, como una cicatriz,
ahí, recordando que existes. Pero si la página es nube o espuma, la palabra se disipará,
y sólo perdurará en la memoria de quien la vio en el breve instante de su existencia.
Estas palabras son para ti.

IV
Una tarde me  dijiste  que escribiera de ti, o una tarde me dijiste que te escribiera.
Quizá no lo recuerdas.
Te recuerdo y recuerdo que te recuerdo por las tardes,
a veces te recuerdo  en las noches sin luna,
en aquellas en que camino por el centro de la ciudad
llena ruidos o vacía de ruidos, o vacía de silencios.
Camino y  escucho mis pasos.
Supongo entonces que la ciudad se llena de silencio.
De mi silencio y del tuyo.

Estas palabras son para ti.  

jueves, octubre 17, 2013

Medirte  los dedos
Contarte las pecas
Hacerte  chilaquiles con mole
Estirarte los brazos y besarte justo a la mitad del camino
Hacerte reír
Tocarte: la punta de la nariz, el codo, la rodilla izquierda, el lóbulo de la oreja derecha,
la muñeca, la comisura de tus labios, lo que sea, pero tocarte
Inventarte historias
Que se haga de noche y nos de frío
Ir al cine y comer palomitas de chile y de dulce
Verte caminar ( de frente )
Verte caminar ( de espaldas)
Desenredarte el cabello
Despintarte los labios
Mirar la ciudad
Contar ( inútilmente ) las estrellas
Tomarnos un americano con base de espresso
Ver pasar la Luna
Leer poesía de quién quieras
Escuchar algo de Bach, algo de Cantoral, algo de Sabina, algo de Serrat, algo de Amaury, algo de Silvio, algo de Beethoven, algo de Blades, algo de Jobim.
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Descorchar la noche.

domingo, septiembre 15, 2013

Historia circular

Cada pueblo, como cada uno de nosotros, los irremediables mortales, es su historia. Cada pueblo ( como cada persona, sin importar su edad), no puede ser  sino la suma de sí mismo. Suma de tiempo y tiempos, de ahora y ahoras,  reunidos en el exacto e inexorable presente.
En nuestro pueblo en cada hora se dan cita todas las horas. En cada tiempo se suman todos los tiempos. El dolor de ahora, es los dolores de siempre. El anhelo de aquí, es el anhelo de todos los aquís inexpugnablemente reunidos.
Hoy se enfrentan cara cara Hidalgo y Calleja. A Zapata lo acecha Guajardo. Hidalgo hoy volverá a ser derrotado en Puente de Calderón, mientras  Zapata cabalga rumbo a Chinameca. Hoy algunos federales esperan a la familia de Rubén Jaramillo, los subirán al auto, los bajarán en medio de golpes e insultos, les dispararán a quemarropa. Nueve balas en el cuerpo y dos en la cabeza matarán a Jaramillo.
México, hoy, como siempre, es el Aleph de Borges, reúne en cada tiempo,  todos los tiempos, en cada rostro, todos sus rostros, en cada muerte, todas las muertes. En esta tierra llena de almas insepultas, todas las batallas, todas las  infamias, se repiten a sí mismas en cada resquicio de este nuestro inexpugnable presente.
Hoy lucharán liberales contra conservadores, federalistas contra centralistas.  Santa Ana acecha y  Juan Álvarez lo está esperando.    Desde un rincón del país Ricardo Flores Magón está escribiendo “Regeración”. Hoy José revueltas publica “ El luto Humano”. Hoy, de la pluma de Juan Rulfo nacerá un hombre que viajará al pueblo donde los muertos dialogan entre sí. Pedro Páramo irá a buscar a su padre muerto Pedro Páramo. Rulfo supo que  cada uno de nosotros es Pedro Páramo, que  cada pueblo,  se llama Comala. Hoy murió acribillado Zapata en Chinameca, y hoy fueron asesinados diez y siete  campesinos en Guerrero. Hoy morirán de hambre incontables indígenas en las barracas de Valle Nacional. Hoy alguien planeó una encerrona. Hoy la ejecutó.Hoy Leonardo Márquez asesinará a sangre fría a indefensos prisioneros de guerra.
Hoy el sacerdote Tenoch encontrará el lago donde está el islote donde un Águila devora a una Serpiente. Hoy ha muerto Cuitláhuac de viruela. Hoy ahorcaron a Cuauhtémoc. Hoy hubo un abrazo traidor en Acatempam. Hoy se reeligió Juárez, mientras alguien se levantaba en armas en La Noria contra la reelección. No más reelecciones dirá el dictador. Hoy volaron el pórtico de Granaditas y la puerta de la preparatoria San Ildefonso. Hoy alguien dirá que ya no somos pobres, que la riqueza viene por nosotros. Mientras hoy incontables morirán de hambre, de enfermedades curables, morirán de injusticia y de impunidad.
Somos un Aleph, una historia circular. Hoy Cortés planeará una encerrona contra los Tlaxcaltecas, Guajardo contra Zapata, obregonistas con Villa, Díaz Ordaz otra con los estudiantes, los federales otra contra Jaramillo, guardias blancas contra indígenas. Nada está muerto, todo está vivo. Lo mismo la historia que los deseos.
De los sepulcros se escuchan los nombres de los asesinos. Las calles están llenas de almas insepultas. Hoy los indígenas reclamarán justicia al Virrey. Hoy el Virrey les enviará un mensajero que les mentirá. Sólo  las piedras, las nubes, el viento  y los árboles hablan con los indígenas.
Hoy Orozco, Rivera y Siqueiros pintarán los muros porque el gris del silencio es inadmisible.
Hoy alguien demandará justicia para los miserables. Hoy alguien, escribirá en alguna pared el nombre del asesino.
Hoy Rosario Castellanos escribirá su “Oficio de Tinieblas” y nacerá “Juan Pérez Jolote” de la mano de Ricardo Pozas. Hoy Ramón López Velarde escribirá su “Suave Patria”. Hoy en el norte sigue cabalgando Villa, a quién sigue persiguiendo ( inútilmente, claro está) el general Pershing. Hoy Obregón tratará de vencer a los Dorados de Villa, porque Carranza, el dictador que esconde la ley en su bolsa, así lo manda.
Hoy Villa se seguirá escondiendo de las persecuciones, a las que está acostumbrado desde chamaco cuando aprendió a ser fiestero mujeriego y tomador. Hoy este forajido, llamado Doroteo Arango , cambiará su  nombre por  Francisco Villa y se unirá a la revolución de Madero y creará el ejército más fiero que haya conocido  este país. Hoy mismo esperan a Villa en la misma esquina de Parral, los hombres que lo acribillarán. Pero, hoy, ni Villa falta a la esquina de Parral, ni Zapata llega tarde a Chinameca, ni Jaramillo  huye de sus destino, ni los campesinos faltan a Aguas Blancas, ni los  estudiantes evaden Tlatelolco.
Hoy entre decenas destacará un general por su  talento, lealtad y  valentía, hoy nacerá Felipe Ángeles.       
Hoy escribirá Sabines “ Yo no lo sé de cierto, lo supongo”. Hoy Luis Guzmán  soñara una historia que se llamará “ La sombra del Caudillo”, mientras Carlos Fuentes desenmascara la” Región más trasparente”.
Hoy ciudad Juárez es Comala, y las voces de las muertas se confunden con el viento del desierto.
El poder es sagrado y sangriento en esta tierra desde hace tres mil años. Hoy alguien escribe, “Tierra y Libertad”.

Hoy , escribimos todo, deseamos todo. Lo deseamos los vivos, lo deseamos los muertos.  

miércoles, septiembre 04, 2013

Apuntes para improbable biografia

1.- Nací en Julio, era domingo  y estaba lloviendo.
2.- Mi abuelo paterno, Juan Benjamín Moncada, era trompetista, y dicen (decían) que habría tocado con las orquestas de  Luis Arcarás y Juan S . Garrido.
3.- Mi Abuela Tina,  se había enamorado de él sólo porque era músico.
4.- Mi abuela Elena Spinola, de ojos verdes y criolla de tercera generación se fugó adolescente de casa de sus padres en Campeche y se fue a vivir a Veracruz, donde hizo vida hasta que, después de tener a sus cinco hijos, vivió como madre soltera, borrando de los anales de la familia al abuelo, cuyo destino ha sido un misterio.
5.-  Mi papá siempre fue Atlantista. Nadie como Horacio Casarín declaraba de domingo en domingo ( ni Borja, ni Hugo, ni el Manolete, ni el “Chalo” Fragoso).
6.- Si mi papá veneraba al Atlante y al futbol, mi madre se declaraba fanática del Cha Cha Cha,  de Jorrín y la Orquesta Aragón.
7.- Hasta los 8 años, viví en edificios oscuros de la colonia Narvarte en la ciudad de México, y me entretenía escuchando la radio en la sala de la casa
 8.- La primaria la estudié en la escuela pública, José María Morelos y Pavón. No había árboles, ni pasto, ni platitas, sólo un terregal solitario.
9.- Tuve dos  hermanos y una hermana. Cuatro tíos paternos, cuatro tíos maternos. Quince primos maternos y veintiún paternos.
10.- Mis vacaciones usualmente eran en Veracruz, en casa de la abuela Elena. Esto duró años. Viajamos al puerto, en tren, en camión, en carro; en julio, en marzo, en diciembre; fui con mi familia, con mis primos y con mis amigos.  De ahí mi gusto por el café de Coatepec en “La Parroquia” , la Gordas, las Picadas, las Negras, el Chilpachole de camarón, los Pulpos en su tinta, la Mojarra, el Vuelve a la vida, la nieve de Guanábana, el mar nocturno, los Mangos y los tranvías.
11.- Desde que recuerdo, las fiestas de los Moncada estaban llenas de música, de poesía. Tíos y tías pianistas, escritores, periodistas, defensores de la Revolución Cubana, lectores de Cabrera Infante.Todos y todas con la sabiduría en el cuerpo a la hora del Cha Cha Cha, del Mambo, de la Huaracha, del Danzón.
12.- Comencé a leer con un libro que me regaló mi padrino. Yo tenía 13 o 14 años. El libro narraba las conquista del Everest por Hillary y el sherpa Tenzing,   del  Polo sur por Amundsen y del norte por Peary.  Las tres historias fueron cautivantes. Algo de ellos aparecía en mi, cuando años después , navegue el Amacuzac y me sumergí en Xoxafi.
13.- Ya de adolescente leí a Jardiel Poncela ( Amor se escribe sin hache), a Neruda ( 20 poemas de amor y una canción desesperada), a Victor Hugo (Los Miserables), Taylor Cadwell (La Columna de Hierro).
14. A los catorce años tuve mi primera guitarra y aprendí a tocar boleros, y a los dieciocho llegó el piano a la sala de mi casa y yo comencé con mis clases.
15.- Mi primer amor fue una niña que se asomaba por la ventana de su casa cuando nosotros ( adolescentes de 13 a 15) salíamos a jugar futbol a la calle. Ella nos miraba, yo creía que me miraba a mí. Cada uno de mis amigos  creía que lo miraba a él. Nunca supimos a quien miraba, pero todos jugábamos mejor.
16.- A los 17 años me hice Scout, y me mantuve en el movimiento hasta los 28, cuando viajé del estado de México a Tijuana.
17. Cuatro veces ,cuatro, hice en el balsa el río Amacuzac. Mi recuerdo aun gotea.
18.- Tres veces baje a la gruta de Xoxafi.
19.-   Como telón de fondo, a la menor provocación,  regresan líneas, páginas, capítulos de Cortázar, Victor Hugo, Neruda, Beneddetti, Sabines, Bolaño, Galeano, Elizondo, Tolkien,
20.- Siempre Bach. Siempre Bach,  y sus Suites para Cello, Glenn Gould y el Clavecin Bien Temperado, Jame Rhodes y el Adagio del concierto no. 3, en D;  Martha Argerich y la Tocata en C menor.
21.- Mi mejor maestro se llamó Armando Escobar. Jefe  Scout, amable, entero. Nos decía a los jóvenes hay que tener cuatro cosas : familia, escuela, novia y ser scout. Y si los scouts te impiden tener novia, habrá que dejar a los scouts. A su invitación navegué por primera vez el Amacuzac. Tenía 17 años y hasta ese domingo, nunca me había jugado la vida.
22.- Cuando salí de la preparatoria pude estudiar música.
23.- Desde la secundaria escribo.
23. Aun ahora, la música, y la literatura son los rieles sobre los que corre mi vida.
24.- La vida sigue siendo un misterio.
25. Cada noche de campamento, es única.    

     


lunes, septiembre 02, 2013

A veces te extraño, es decir, añoro  mirarme en tus ojos,
acomodarme entre tus manos, recostarme en tu silencio,
envalentonarme en la comisura de tu pecho,
alegrarme al arribo de tu risa.
Me doy cuenta de te extraño, pero quizá a quién también  extraño
( no me malentiendas)  es   al que soy cuando estoy contigo.

Pero no estás. Y por lo mismo, no estoy.
Entonces, te escribo; y busco encontrarte (y quizá encontrarme)
en  los recuerdos, en la memoria, en las palabras.
Misteriosamente el hombre que te escribe, se encuentra
en cada  trazo, en cada  línea,   con el que ha estado contigo.
Pero hay veces en que no estás,  y además, no se por qué, no escribo.
Extraño  entonces ( además) al que soy cuando te escribo
( ese que nos rescata del olvido).
No puedo entonces sino volver urgente a ti,  a la pluma,
y    escribirte, desde mis otras nostalgias.
Entonces, palabra a palabra,  te extraño,

(y me extraño)  un poco menos.

viernes, agosto 30, 2013

Estoy goteando,
El gua que soy se diluye,
poco a poco, de gota en gota,
 soy río que fluye hacia el improbable océano;
quizá termine descansando en un lago, rodeado de pinos;
quizá me evapore y termine por ser nube, bruma o niebla;
pero volveré  lluvia, aguacero o tormenta, copo;
volveré árbol,
volveré hierba,

volveré. 

miércoles, agosto 28, 2013

Los abuelos


Quizá un poco la nostalgia.
Quizá el deseo.
Pero si acaso esta noche,
Juan Benjamín, el abuelo músico, bohemio, noctámbulo  
Volviera del destiempo, de la bruma, del recuerdo.
Poco tardaría en encontrar su trompeta dorada
y se iría a  tocar  a algún salón de baile
indudablemente  buscaría a otros difuntos
hasta formar una orquesta,
y el lugar se llenaría de
canciones desenterradas,
de historias  de amores improbables,
de miradas extraviadas, de suspiros insurrectos
de besos rescatados de  algún cajón polvoriento
en un armario arrinconado.
El abuelo y sus amigos tocarían hasta el amanecer,
porque  los muertos a fin de cuentas no tienen que descansar entre tanda y tanda,
y en última instancia, tienen una eternidad  para reponerse de la desvelada.
 la casa se llenaría de acordes luminosos
y todas las sombras bailarían hasta desaparecer.

Y bueno, ya que estamos hablando de abuelos  
si la abuela Elena regresara,
seguro la encontraría sentada a media tarde  
en el malecón de Veracruz
contando los barcos en el horizonte
que desde el fondo del golfo, desde España, desde  Cuba
(como aquellos en donde llegaron sus abuelos)
 atracan en la ciudad.
Se  llenaría los pulmones de olor a sal y a oleajes,
de las cadencias que viajan ocultas en la espuma del mar,
del aroma del café de Coatepec,  que se sirve
en La Parroquia al anochecer.



La abuela Elena, con sus ojos verdes,
con su amor tenaz  al único puerto posible
me susurraría, una vez más:
“Solo Veracruz es bello”.
Y se iría con su paso lento
siguiendo la sombra  de una luna roja
mientras tararea para sus adentros
una canción de Lara,
mientras camina lenta  rumbo al muelle
y de ahí  hasta llegar
 a casa de Ada , su amiga,
de siempre
la de la tienda de la esquina,
que solo esa noche,
la está esperando con las picadas,
las blancas y las negras,

y el café recién servido.   

domingo, agosto 25, 2013

¿En realidad qué sabemos del  amor?
¿Cuánto tiempo hay que esperar ?, ¿qué hay que hacer, para  encontrarlo? (¿habrá  “algo” que hacer ?)
Hay quien dice que el amor nos esperará  en algún sitio, en alguna hora ( siempre misteriosos y desconocidos) y habrá entonces (de cualquier manera)  que llegar ineludible, puntual , a la cita que  se va construyendo lenta y pausadamente, a lo largo de días, meses , años, desde el inicio de la vida misma.
Es cosa del destino, dicen; y cuando se trata de destino (dicen), hay que ser puntual. Hay que llegar a donde ella, justo en el momento en que ella… no antes, no después. Hay que reconocer la corriente del tiempo que nos llevará ahí, en el momento exacto.
Y cuando el momento llega,  ¿somos capaces de reconocerlo?
(¿de reconocerla?)  ¿de mirarle a los ojos ( de mirarla a los ojos) y saber,  que finalmente la espera ha terminado ?  Entonces.... sin vacilaciones ( entiéndase bien esto, no es una cuestión menor, sin vacilaciones, sin dudas, con una certeza inexpugnable) ¿le tomamos en los brazos? ( la tomamos en los brazos)  ¿Reconocemos cuando el destino ha cumplido ? entonces , nuevamente, sin ambages, sin temblor en las manos, ni en la mirada, en la palabra, asumiendo nuestra historia,
¿asumimos lo que está en juego? ( entendemos; realmente entendemos que ella esta aquí, y lo que está en juego cuando ella finalmente está aquí).

No hacemos entonces, sin que nos  tiemble el coraje, tomarla ( de la cintura, del brazo, del hombro, qué más da) y caminar a su lado.

lunes, agosto 19, 2013

LLega la noche

Llega la noche, y tú, a ocultas de la ciudad que te ha visto pasar, te despojas de tu ropaje del día, y te vas quitando uno a uno los ruidos dolorosos de las calles, el choque crujiente de los tablones cansados que sostienen a la ciudad; te sacudes las  palabras maldichas , las baratas, las inútiles, las que fueron dichas  como cajas adornadas, pero que al abrirlas estaban vacías; te deshaces de las imágenes de los escaparates que promueven la felicidad inmediata, la vida perfecta, la dicha tangible, la utopía concedida ; te miras y vuelves a peinar tus cabellos para quitarles las turbulencias de los vientos amargos, la bruma oxidada que se esconden entre ellos; limpias tu rostro de los polvos provenientes de las calles que se descarapela entre nuestras manos; pones sobre tu cuerpo la ropa de noche que cubrirá tu cuerpo mientras la luna de algún mundo inalcanzable vela por tu sueño. Llega la noche y yo busco estar ahí para quitarte la ropa de noche (que recién te has puesto) y sanarme del mundo, abrazando tu cuerpo y tu sueño. 

martes, agosto 06, 2013

Quizá porque escuchan  con la piel, 
quizá porque miran cuidadosamente  con cada mano, 
porque nacieron con los ojos abiertos a la noche,
quizá porque su alma es tan vieja como las montañas,
porque conocen el nombre verdadero de cada río,
porque reconocen  la   tristeza del mundo  en el gemido del viento,
y la ira  profunda  e intempestiva  en el océano encabritado;
quizá porque  intuyen desde niños el secreto inasible  de la vida
que se les escurre por los dedos, por los ojos, por el sueño.
Quizá porque en cada palabra que escriben descargan
 tierra, sangre, nube, fuego, humo, arena y ceniza.
Quizá por eso  ven en las sombras, escuchan en el silencio,
tocan y abrazan en la bruma.
Quizá por eso  ven a la triste humanidad  como nadie la ve.
Hombres y mujeres sin rostro, sin nombre, sin origen, sin  sustento;
Humanidad sin voz , sin palabras, sin susurros, ni gemidos ( cuanto llanto silencioso nos rodea);
incontables de ellos y ellas sin brazos, sin dedos, sin uñas ( sin abrazos, sin caricias, sin rasguños );
ciegos, sordos, mudos, mancos. Hombres y mujeres inasibles que deambulan por calles, avenidas, parques, mercados, iglesias, bares, cafés, sin tocarse, sin mirarse, sin escucharse.
Reconocen el olor del  miedo, el abismo de la soledad, la angustia de  la fugacidad en cada rincón de las ciudades .

Saben que este es el signo del tiempo y los tiempos:  La soledad, la angustia, el destierro.
Hombres y mujeres que han olvidado  nombre,  origen,  raíz,  esencia.
Pero ellos los ven.

Ellos, los que nacieron con los ojos abiertos a la noche,
los que tienen el alma tan vieja como las montañas,
los que abrazan la bruma,
los que denuncian con la palabra. 

Nos muestran aquello en que la humanidad se ha  convertido,
Gritan en cada esquina aquello que  hombres y mujeres han olvidado.
 nos recuerdan, son susurran, en sus cantos,
en sus palabras:
todos somos aire, y árbol, y bosque, y nube, y roca, y arena , y oleaje, y espuma, y trueno, y bruma…
y ojos, y brazos, y bocas, y lenguas, y palabras, y caricias, y aullidos, y canto, y herencia, y descendencia.
Nos recuerdan , nos convocan , nos demandan , nos exigen a que veamos más allá de la máscara, miremos de cerca en lo que nos hemos convertido,

recordemos lo humano, la vida, su nombre, el tiempo;
reencontrémonos, con piel (es) , con  rostro (s) , con mano(s), con origen(es), con palabra(s),

nos demandan con la palabra, somos. 

sábado, agosto 03, 2013

Se despierta a media noche, con la sensación de haber tenido una pesadilla; pero no logra recordar su sueño.   Sí reconoce una suerte de ansiedad que se escurre de su cuerpo. Se sienta en el borde de la cama, parece meditar pero no lo hace. Prende la lámpara de su buró. Bruscamente, así lo miraría alguien que lo observara, aunque de hecho está solo en la habitación, se pone de pie. Busca una hoja y una pluma donde escribir. No  hay prisa, sólo una suerte de determinación. La pluma la encuentra en la bolsa interior del saco que usó el día anterior y la hoja la toma de una libreta que tiene  en un cajón de su escritorio. Sin pensarlo demasiado, escribe de corrido, una , dos , tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve palabras. Lee lo que ha escrito. Sigue escribiendo, diez, once, doce, trece, catorce, quince…veinte palabras.  Lee ahora la veinte palabras. Lo hace con cuidado, sin saltarse una sola. Al llegar al final, tacha, rayonea, dos o tres, quizá, cuatro, no es posible saberlo.  Escribe alguna o algunas más. Vuelve a leer.  Algo que parece el rastro de una sonrisa desaparece de su rostro. Finalmente toma la hoja, la rompe en dos, cuatro, ocho pedazos y la tira al bote de la basura que está en su cuarto. Vuelve entonces a la cama. La ansiedad se ha ido, nada gotea de su cuerpo. Apaga la luz de su lámpara, se acuesta y vuelve a dormir. 

martes, febrero 05, 2013

Ahí

Una noche te encontré.  Ahí, en medio de un café  al que de inicio no pensaba entrar. En un principio no te vi. Después de la distancia me enredé  en tus cabellos, y me tomó dos tazas de café salir de ellos, solo para ser atrapado por el momento en que miraste hacia donde yo estaba. Entonces ahí, justo ahí. Tus ojos. Tus labios… pareció que algo dijiste, que por supuesto, no escuche.  De esa imagen, y de ese silencio, aun no escapo

sábado, enero 26, 2013

Volver a ella


Insospechadamente su voz, su aroma  acechan; el sonido de sus pasos bastan, su sombra cruzando un pasillo, un número que reconoces en el celular, su  rostro que mira el menú de un café en un invierno inasible.
Una noche,  la encontraste  ahí, en medio de un café  cualquiera. Desde la distancia te enredaste  en sus cabellos y te tomó dos tazas de café salir de ellos, solo para ser atrapado por el momento en que ella miraba la noche.  De esa imagen, aun no escapas.
Porque  uno,   hombre sale a jugar con el mundo, esgrimiendo el deseo de domarlo, dominarlo, conquistarlo, hacerlo suyo. Entonces uno  usa  sus mejores armas (siempre es una batalla, una guerra, un lucha) contra los malosos, los virus, los otros, los emisarios del pasado, los representantes de la reacción, la incivilización, los misterios el universo, los entretelones del tiempo. Así pasamos nuestras  horas del día, midiendo nuestras fuerzas, logrando acuerdos, negociando tiempos, creyendo poner orden den las cosas, en fin.
Y mientras nosotros duro y dale con obtener siempre la máxima ganancia, la victoria pírrica, un ápice de poder, el día, del que no hacemos sino una arena,  con sus horas, se agota, se acaba.
 Para que finalmente llegue, como es irremediable que lo haga, la noche. Entonces volvemos a donde nuestro cuerpo reclama, a donde nuestra sangre tiene reposo, a donde nuestra alma dialoga en silencio.
Volvemos entonces a la mujer. Necesario retorno a la oscuridad de sus cabellos, a la única verdad guardada en fondo de sus ojos, a la voz del infinito que nos susurra al oído bajo su piel; piel que es el irremplazable lecho que da reposo a nuestro cuerpo.
Volvemos al único misterio de la vida que resolvemos poco a poco, (noche a noche) siguiendo los caminos de su aroma, encallando en su cintura, escuchando las palabras  que se escapan de sus manos, guardando nuestro nombre entre sus brazos.