miércoles, abril 26, 2017

CIEN SONETOS DE AMOR

¿ Cambia el amor con el tiempo ?, Es decir ¿nos enamoramos diferente a los veinte que a los cincuenta ? , o en una de estas, nos enamoramos igual, pero al paso de la vida tenemos nuevas palabras para nombrarlo, invocarlo, crearlo, entonces ¿ describimos el amor con otras, con recién descubiertas palabras ? o ¿la vida nos pone en contacto con diferentes profundidades del amor ? ¿ Cómo saberlo, como comparar? ( ¿ y en una de estas , no será que todas estas preguntan son inútiles?)

El hombre que a los 19 años escribe “ Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos y mi voz no te toca, parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca ” , es el mismo hombre que a los cincuenta y cinco escribe, “ Antes de amarte , amor , nada era mío ; vacilé por las calles y las cosas , nada contaba, ni tenía nombre , el mundo era del aire que esperaba ”.
Otras preguntas (quizá igual de innecesarias como las primeras )¿Que sucede al paso del tiempo con la ( con nuestra) pasión, ternura, urgencia , deseo, la impaciencia, la imaginación , la espera, el encuentro, la ansiedad, la separación, el dolor ? ¿Que con nuestras manos, y nuestros ojos, con nuestras bocas y nuestras lenguas, nuestros brazos, nuestros dedos?

Es bien sabido que el amor de la vida de Pablo Neruda fue Matilde Urrutia. Si con una mujer lo recordamos, es con ella. Decir Pablo, fue decir, Matilde. A ella, a Matilde, su tercera mujer- por que antes, María Antonieta y luego Delia - le dedica el resto de su vida y de su obra (con Neruda no se sabe dónde inicia una y termina la otra). No tenían cinco años viviendo juntos cuando Pablo escribe un libro completito para ella sola. Un libro con cien sonetos de amor: “ Señora mía y muy amada, gran padecimiento tuve al escribirle estos mal llamados sonetos, y harto me dolieron y me costaron, pero la alegría de ofrecértelos es mayor que una pradera…. Con mucha humildad hice estos sonetos de madera, les di el sonido de esta opaca y pura sustancia…; sonetos de madera que solo se levantaron porque tu les diste vida”.
Pablo Neruda inicia su vida con Matilde Urrutia cuando tiene cincuenta y un años. Su primera casa es la que se conoce como “ La Chascona”. Cuatro años después, Pablo le regala sus cien sonetos de madera.
Es texto está dividido en cuatro secciones, o temas que refieren al tiempo de un día.
Mañana “ Matilde, nombre de planta o piedra o vino, de lo que nace de la tierra y dura, palabra en cuyo crecimiento amanece, en cuyo estío estalla la luz de los limones”(soneto I ). “ Te amo sin saber cómo, ni cuándo , ni donde; te amo directamente sin problemas ni orgullo, así te amor , por que no se amar de otra manera” ( soneto XVII) .
Mediodía, “ No estés lejos de mí un solo día, por que cómo, porque no se decirlo, es largo el día, y te estaré esperando como en las estaciones, cuando en alguna parte se durmieron los trenes . No te vayas por una hora, porque entonces en esa hora se juntan las horas del desvelo y tal vez todo el humo que anda buscando casa, venga a matar aún mi corazón perdido….porque en ese minuto, te habrás ido tan lejos, que yo cruzaré toda la tierra preguntando si volverás , o me dejarás muriendo” ( soneto XLV ).
Tarde, “ Matilde, ¿dónde estás? Noté hacia abajo, entre corbata y corazón, arriba,  cierta melancolía intercostal, era que tú , de pronto eras ausente…así te espero como casa sola, y volverás a verme y habitarme, de otro modo , me duelen las ventanas” ( soneto LXV ).
Noche, “ De noche, amada mía, amarra tu corazón al mío, y que ellos en el sueño derroten las tinieblas, como un doble tambor combatiendo en el bosque, contra el espeso muro de las hojas mojadas” ( soneto LXXIX ).
Ahí están los cien sonetos que Pablo le escribe a Matilde, la mujer que llevó la belleza a su vida. La mujer que conoció a los cincuenta. El libro que le dedicó a los cincuenta y cinco.
Pablo Neruda vivió con Matilde Urrutia, hasta el día de su muerte, el 23 de septiembre de 1973,           27  años de después de conocerla, 17 años después de casarse con ella, 14 después de escribirle sus Cien Sonetos de Amor.


Poco antes de morir, Pablo escribió (quizá ) por última vez para Matilde, “Fue tan bello vivir cuando vivías, el mundo es más azul y más terrestre cuando duermo enorme, adentro de tus breves manos”.

domingo, abril 23, 2017

LA POESIA

La poesía la da voz a quien pareciera no la tiene, la poesía es la palabra desde  donde  hablan  la luna, la noche,  la bruma, el viento, el fuego,  la mirada, las manos, los cabellos, la silenciosa cadencia de su paso (la de ella), la mirada absoluta (la de él), el choque de los   cuerpos, que terminan siendo uno solo (los de ellos).

Solo la poesía nos permite decir
“Te quiero como gata boca arriba”, Gioconda Belli
“Cada palabra es un sitio para mirarte, cuando tú no estás”, José Carlos Becerra
“Soy hija de mi misma, de mi sueño nací, mi sueño me sostiene” Rosario Castellanos.
“Yo la enseñé a morir entre mis brazos”, Carlos Pellicer
“Es tan corto el amor y tan largo el olvido”, Pablo Neruda
“Besaré tus ojos, más grandes que tú toda, y que tú y yo juntos, y la vida y la muerte” Tomás Segovia.
“Es que anoche tus manos, en mis manos de fuego,  dieron tantas dulzuras a mi sangre“ Alfonsina Storni
“Te invito a comer uvas esta tarde, o a tomar, café si llueve, y a estar juntos, hasta la noche” Jaime Sabines
“Cuántas veces he sido muerto y enterrado en el camposanto de tu vientre, para renacer en medio de tus brazos ”, Adolfo Morales
“Me sabes de memoria, como las líneas de tu mano” Sandra Victoria

La poesía se escribe con las uñas, con los dientes, con el sexo; la palabra sobrevive mientras los cuerpos arden, se hunden, se ahogan, se entregan, se inmolan, se mueren, se entierran, se rescatan, se olvidan, se funden, se desintegran, y se convierten en sueño, en briza, en lluvia, en  tormenta, en oleaje, en humedad que corre incendiando todo a su paso,  en fuego que arde sin extinguirse.
La decisión de proclamar el 21 de marzo, coincidiendo con el equinoccio de primavera en el Hemisferio Septentrional, como Día Mundial de la Poesía fue aprobada por la Unesco durante su 30º periodo de sesiones, que se celebró en París en 1999.
Hay quien dice que el primer poeta se llamó Valmiki y vivió hace poco más de 2000 años. Los nuevos  herederos de su oficio, nacieron hoy.
Salve poetas, los mor

viernes, abril 21, 2017

GEA

La Tierra (Terra Diosa romana o  Gea, diosa griega de la feminidad y la fecundidad) es un planeta. El tercero de un sistema solar que gira alrededor de su única estrella — Ra, para los egipcios, Tonatiuh, para los aztecas, el Sol, para nosotros  — ; un sistema   entre los millones que forman la vía láctea: nuestra galaxia, que es también una entre millones de galaxias que deambulan impasibles por el universo. Ese sí, hasta donde sabemos, solo uno. Aunque hay que aclarar que cuando decimos “lo que  sabemos es… “vaya hace solo quinientos años, sosteníamos como una verdad imbatible, que esta tierra era plana, y el centro de un  universo que alegre giraba a nuestro alrededor. Lo que muestra que esto de construir verdades imbatibles, no se nos da.
Nuestro Tlaltipac (así le decían los aztecas, a esta tierra donde nada es eterno) vista desde lejos, no es sino una arenita azul, que da vueltas sobre sí misma, como una canica que rueda indiferente a quien una vez jugó con ella.
La Tierra se formó hace aproximadamente 4,550 millones de años y la vida surgió unos mil millones de años después. Es el hogar de millones de especies, incluyéndonos  (los Hommo sapiens que tenemos, dicho sea de paso, poco menos de 300 000 años de deambular por  Gea. Así que es cierto, fuimos los últimos en aparecer, al menos, hasta ahora). Hay que aclarar que muchas especies ya no nos acompañan, como los Dinosaurios, los Tigres dientes de sable y los pájaros Dodo (“Dios los tenga en su santa gloria”, diría mi abuela Elena). Quien esto escribe es un Homo sapiens, única  especie conocida sobreviviente del género, después de la desaparición de muchos otros Homo, entre ellos nuestros queridos los primos, los  Homo Neanderthales - con quienes, la verdad, no nos  llevábamos mucho-   a quienes nos vemos desde hace más o menos 28 000 años.
Gea es nuestra casa, una casa viajera en medio de una noche silente, creciente, incalculable. Una noche ajena al tiempo, a sus breves luces, a sus inasibles oscuridades.  Un océano negro que poco - si es que algo- sabe de  las infinitas arenitas, que lo recorren:   oscuras, luminosas, frías, ardientes, de colores, como la nuestra, que desde lejos se mira azul.
Nuestra tierra, aquí abajo,  está llena de misterios y apariencias. Nos parece plana, pero no lo és. Parece quieta, pero se mueve – todo en ella, se mueve-. Parece una tierra inmensa, pero casi toda es agua. Los colores del cielo –salvo  el de la noche- siempre son engañosos.  Nada en ella es  lo que parece.
Gea, nuestra arenita azul  gira, gira, porque  el principio fue el movimiento y el movimiento es el lenguaje común de la vida, tanto  en los  rincones cuánticos como  en los rincones  impalpables del macro cosmos. Nosotros mismos, como el aire, el agua, el fuego, desde que somos tocados por la vida, no hacemos otra cosa, sino movernos
Nuestra interacción con Gea es extraña. La verdad, ha vivido lo suficientemente  sin los Homos (sin dinosaurios, ni pájaros dodo), para saber que no necesita de nosotros. Aunque lo cierto es que quizá nosotros no sobrevivamos sin ella.
Lo cierto (no diré: lo único cierto, ya sabemos que esto de nuestras verdades únicas) es  que Viajamos, gea  y nosotros, sumergidos en la misma noche,  siguiendo la ruta invisible que el universo para nosotros, ha trazado.