viernes, diciembre 30, 2011

Tiempo

Tiempo. En los meses recientes, el tiempo ha sido uno de mis temas recurrentes. ¿Cuánto dura la vida?, ¿cuánto un guiño?, ¿ cuánto el roce de unos dedos? ( porque la sensación me acompañó hora tras hora, y noche tras noche, mi piel acariciada no hizo sino recordar y recordar el breve paso de unos dedos, tus dedos). ¿ Cómo separar la caricia del recuerdo,? Sobre todo cuando lo que te queda para ... eternizar la caricia, no hace falta sino que la piel rememore. Así se eterniza el instante.


El tiempo. ¿Cuánto entre un beso y el siguiente? Hay ocasiones que entre un beso y otro hay sólo un breve respiro. Inhalarte. Para luego besarte.

Porque esta el tiempo entre un beso y otro, un tiempo que parece inagotable en donde cabe el viaje de la luna por el horizonte. Es entonces, tarea de mis labios rememorar. Rememorar textura, sabor, aroma, humedad, dolor. Rememorar un beso es invocar el recuerdo de tus ojos que se ocultan tras tus párpados, el de tus cabellos cobrando vida entre mis manos, el de tu respiración inspirándome.

El tiempo.

Una caricia. Un beso.

¿Cuánto dura una noche? La que nos rodea. La que inventamos.

¿Se puede inventar una noche que permanezca mientras nosotros estamos en ella? Indudablemente. La rememoro.

El tiempo.

Una caricia , un beso, una noche que se eternizan.

¿Será que la eternidad esta en nuestras manos, en nuestros ojos, en nuestros labios?

¿Será que contigo es que logro eternizarme?

lunes, junio 27, 2011

El tiempo viene contigo

El tiempo que viene, viene contigo.


En mi presente no estas, ( eventualmente haces cosas, vas a lugares, caminas a donde yo no me encuentro) y ante tu ausencia, mi presente – este tiempo que parece inagotable, nada vale, es como si estuviera detenido, es un paréntesis , es un silencio, es la inmisericorde quietud, se que la vida es movimiento- espero entonces el regreso del tiempo, el cierre del paréntesis, el agotamiento del silencio, el movimiento del que esta hecha la vida. Espero tu regreso.



En tu ausencia, uno imagina la calle por donde llegaras, la silla donde te encontrare, tu mirada cuando te mire,, tu mano cuando te toque.

Sé que te veré, así que preveo el futuro , me imagino sentado en el café donde te espero ,mirando hacia la puerta en el momento justo en que tu figura se recorta del vacío. Es indudable que eres tú. Aunque sólo es una sombra, adivino la exactitud de la correspondencia con tu cuerpo. La sombra recortada del espacio se aproxima lentamente, hasta que se trasforma en el cuerpo añorado, en ese cuerpo que extraño junto a mi. Adivino tu mano, y mi mano se acerca para hacer tangible el deseo fantasmal. Me miras mirándote y te miro mirándome ( ese solo momento vale la espera). No importa cuando haya esperado, - por ti- cada vez que llegas, todo se resuelve en un instante, el tiempo que me toma estar consciente de tu presencia.



Extrañarte es arduo, debo confesarte que no estoy hecho para eso.

Porque el mundo se diluye ante la desaparición, tu desaparición. Tratar de mantener la congruencia, la el orden, la estabilidad del mundo, me cansa, es una tarea que me sobrepasa. No es sencillo mantener vigentes las calles, los automóviles circulando en cierto orden, los edificios sostenidos desde sus cimientos, el aire en su movimiento, las personas haciendo ( lo que sea que hagan). Es mejor cuando tu estás. El mundo sigue su marcha sin necesidad de que yo lo sostenga.



Pero si uno desea tan poco, un toque descuidado de uno de tus dedos, de tu mano, saber ( por el aroma que te delata, que has llegado), una probadita de tu labio ( será mucho pedir?)

El caso es que ser feliz no es tan difícil. Cierto, cada dosis de felicidad duro poco – el roce de tus dedos, una breve caricia, un beso , ¿Mil besos?, pero si uno se conforma con dos o tres en fin ; pero vaya, ser feliz, de tiempo en tiempo, alguna que otra tarde, es más, mucho más de lo puedo desear.

Tu belleza es dolorosa para mis manos.

Y para mis labios , y mis ojos. Belleza inasible, inalcanzable.

Mis manos nunca te alcanzarán. No importa cuanto te acaricien, te recorran, te abracen. Tu piel siempre será un misterio insondable, una zarza ardiente.

jueves, junio 23, 2011

Tu cuerpo es el camino

Tu cuerpo es el camino por el que recorro el mundo


te he tocado, una mano, una mejilla ( el beso ha sido apenas un roce, casi imperceptible) la curvatura ( sólo el inicio, lo sé, lo demás es intuición) de tu cintura, un breve territorio ( siempre prometedor ) de tu espalda, la que oculta tu blusa.

Sin embargo, ese breve instante de tu piel, me ha revelado una prodigiosa verdad: sé, ahora lo sé que estabas en todo lo que antes de conocerte. Estabas en la playa nocturna de Veracruz, en la bruma que nace de las ramas de los árboles de Xalapa, en los riscos de los acantilados de Maltrata.

En cada fruta que he mordido, en la semilla del café recién molido;

En cada río, en cada gota de lluvia que resbaló por mi rostro en todos los tristes eneros.

Tu cuerpo es el camino

y tu cuerpo me basta para andar el mundo.

martes, junio 07, 2011

Agua

Tu cuerpo encierra todas las aguas,
 océanos innavegables mas allá de  tus ojos,
mares inciertos que oscilan sobre tu vientre tembloroso,
playas apacibles que me esperan entre tus manos para recostarme sobre su arena,  
ríos internos, ocultos, latientes  que se escurren y  nos  humedecen  desde tu entraña. 
Tu piel se sacude y  una lluvia alegre e incontenible me empapa,
me inunda, me ahoga
 Agua tibia.
gota de nube
copo de nieve.
Eres la lluvia dulce de todos los tiempos
Me bañas, me limpias, me trasformas.
de tiempo en tiempo soy un campo recién sembrado en tu  espera.
Frente a ti
soy el recuerdo de una gota que escurre
de la comisura de tus labios, del  pliegue de tu mirada
de la palabra que te nombra.
tu cuerpo,
cascada que  impasible e irremediable me lleva al vacío
-          caigo sin voluntad  a la libertad del cuerpo que me recibe –
náufrago , sobrevivo  flotando perenemente sobre tu piel.

lunes, junio 06, 2011

ME ACORDE DE TI

Un sábado estaba viendo el fut bol
Juagaba el barza , y Messi anotó a pase
de Iniesta, un gol de esos que se ven poco,
y me acordé de cuando jugaba de niño
con mis amigos coladeritas frente a mi casa
y había una niña que se asomaba por su ventana
y nos veía jugar,
y entonces todos jugábamos ( o tratábamos de jugar)
un poco o un mucho mejor,
por que ella nos miraba;
entonces, pensando en la calle donde jugaba de niño
me acordé de ti.
Otra tarde estaba en un mercado
buscando café de Chiapas , o de Veracruz, y si no hubiera
pues de plano de Oaxaca, y de pronto miré a una mujer
cuyo cabello caía plácido por su espalda, su figura me remontó …
y pensé…
¿uyy, será ella?
de pronto dejé de pensar en el café (y en todo lo demás).
Entonces la mujer – que no eras tú - se dio vuelta y pasó de largo frente a mi.
Yo entonces volví a pensar en el café, pero antes,
me acordé de ti.
Otra vez
Estaba leyendo algunas cosas que había escrito
no se si hace dos, ó tres, ó más años
me encontré con un texto que había olvidado
y me preguntaba; ¿ yo escribí esto?
¿y cuándo lo escribí, y por que?
La verdad, no me acordé.
El texto hablaba del encuentro inesperado
de una pareja, en una noche oscura,
de lo que se dijeron, de que callaron
de lo que sus cuerpos, hasta ese momento inéditos,
provocaron o permitieron.
Pero, no, no descubrí el origen de esa historia,
pero antes de guardarla en medio de otras historias,
cuyo origen puede ser igual de desconocido,
me acordé de ti.
También recuerdo una noche, saliendo del trabajo;
La noche era fría y los fríos no se me dan.
Tengo que usar bufanda y guantes y gorro
Y parece que estoy en Chicago, o en Alaska , y no en Tijuana.
Miré el cielo inalcanzable cobijado por nubes
de diferentes tonos de grises.
Una de ellas parecía un continente, como África,
que navegara sobre un océano de profundidad insondable.
Recuerdo que era tanto el frío que dejando de lado
el continente y su viaje
apuré el camino hasta el carro.
ya dentro me sobé las manos y los brazos para entibiarlos,
entonces, poco a poco me sentí mejor,
y no se por qué,
en el momento que la tibieza que me abrazaba
me acordé de ti.
Otra día me compré un helado de fresa y me acordé de ti
Una vez me estaba amarrando los zapatos y me acordé de ti
Una tarde me estaba mirando las manos y me acordé de ti
una vez tenia comezón en la espalda
Otra noche escuché una canción en la voz tersa de una mujer
me acordé de ti
Ayer fui a una cena donde tu estabas,
Te saludé, y me dijiste que como estas,
y yo pues bien, y me acordé de Messi, y de la niña en la ventana
y de la nube y del niño jugando futbol en la calle y
de las noches frías, y de mis manos,
y te iba de decir algo más, pero alguien te llamó,
y luego la cena, y el luego los postres,
y luego, te fuiste.
Ayer en la noche, bueno, creo que era de madrugada,
desperté, miré el cielo y era impenetrablemente oscuro, y me acordé de ti.

DESTINO

Pude no conocerte
vivir sin recibir de ti
una caricia, una palabra
un adiós, una lágrima

Pude no llegar esa anoche a aquel café
no escuchar tu nombre de tus labios
- y por supuesto, no repetirlo, ni abrazarlo,
escribirlo -
ni poner, mirándote, mi mano entre tus manos.

Pude no probar el aroma de tu piel
ni el de tu beso,
no tomar tu sueño entre mis brazos,
ni inventarme un yo que te recuerda.

Pude no probar
mi prisa, mi nueva soledad,
-tu ausencia-,
no conocer el peso de tu cuerpo,
ni el sonido de tu voz a media noche.

Pude no incendiarme y renacer
mil y un noches en tu cuerpo
ni saber ( al escucharlo de tus labios)
que mi verdadero nombre es otro.
pude caminar a tu lado sin saberte
llegar a donde tu, y pasar de largo
pude, en fin,
deambular por esta vida, y no quererte
y ser un mortal
común en los otros.