lunes, septiembre 26, 2005

EL ESTANTE

ÁNGELES DEL ABISMO
ENRIQUE SERNA.

“Quién dice que cuando se habla de historia, necesariamente se habla del pasado?


¿Cuándo llegó el pecado?
¿ Cuando el infierno?
Me refiero a las tierras de mesoamérica.¿En 1529 , cuando Fray Bartolomé de Olmedo, acompaña a Hernán Cortés en la aventura que culminará con la derrota de México Tenochtitlan ?, ¿ En 1524, cuando llega la primera misión Franciscana con doce sacerdotes?, ¿ O en 1526, cuando arriban los primeros Dominicos ?. Para 1559 en la Nueva España, había 380 Franciscanos, 210 Dominicos, 212 Agustinos. ¿ Ellos traen en sus alforjas, una cruz , la nueva palabra, y a su mejor invento, el pecado y el infierno?
Claro que junto al pecado y el infierno llegó el cielo, la salvación, el alma, los nuevos dioses – “los verdaderos” – los hombres que conocían las palabras para nombrarlos, para invocarlos, para pedir su favor o su perdón. También llegaron las nuevas armas, las que despedían fuego, los nuevos males que mataban a miles de un tirón. Arribaron los nuevos amos de lo que había sobre la tierra y bajo ella, los señores nuevos dueños de los pueblos con todo y sus hombres y sus mujeres. El Papa se las dio. Hubo entonces una nueva lengua, otras leyes, otra sociedad, la discriminación , el racismo, otro tiempo, otra vida.

Enrique Serna, se sumerge en el choque de mundos, de tiempos, de dioses, de palabras para contarnos las historias (en medio de la Historia) de Crisanta y Tlacotzin. Una Castiza y un Indígena. Cada uno vive en carne propia las profundas contradicciones del tiempo novohispano: la Iglesia que ama y la que persigue, la misión y la inquisición – el espiritual Fray Gil de Balmaceda y el amante del poder Fray Juan de Cárcamo ; los dioses viejos y los nuevos - Huitzilopochtli o Jesús , Tonantzin o Guadalupe – la palabra en Nahuatl o en Español. Un mundo que se niega a morir, frente a otro inmisericordemente transplantado. Ambos jóvenes huyen – de su pasado y de su presente- y en su huida se encuentran. Sin saberlo tratan de escapar de lo mismo. Crisanta no huye solo de su Onésimo , su padre Español venido a menos, quién abusa de ella en todos los sentidos imaginables, huye de todo lo que él representa, la arbitrariedad del poder, la hipocresía y la ambición desmedidas al servicio del egoismo. Diego San Pedro Tlacotzin, trata de escapar de lo que su nuevo nombre no puede ocultar: la contradicción, el contrasentido, el sincretismo, el desgarramiento interior ante la lucha por la lealtad, la duda ante la búsqueda de la verdad .

El virreinato, el tiempo novohispano es quizá una de las épocas menos cercanas al corazón mexicano. Intuimos el dolor, el enfrentamiento. Estudiamos, interpretamos vivimos, nuestra histórica desde un maniqueísmo que poco ayuda a la comprensión de lo pasado. Si en la historia solo hay buenos y malos, y en la conquista y en la Nueva España los españoles malos y los indígenas buenos , poco entenderemos lo sucedido en tres siglos de nuestra historia.
Esta es , ya mismo, una de las razones por las que la novela, Angeles del Abismo de Enrique Serna vale la pena. No hay buenos y malos asociados al origen, a la religión, al oficio. Hay nobles y vendepatrias los mismo entre indígenas, como entre españoles, entre sacerdotes católicos como entre adoradores de la Coatlicue, entre mercaderes como en artistas, entre hombres como entre mujeres.
La novela tiene, además, otras virtudes.
La investigación histórica que el autor hace del tiempo prehispánico y novohispano es profusa. Se notan las horas de lectura y la cantidad de notas y apuntes que seguramente hizo sobre la cultura Mexica, sus costumbres, rituales, dioses, nombres, tradiciones, como sobre el momento que la Nueva España vivía durante el siglo XVI. Un tiempo donde la conquista armada había dejado su paso a las otras, las de mayor profundidad, las que se llevaron a cabo a fuego lento, las que no dejaron muertos en los abismos, sino creyentes en las iglesias, compradores en los mercados, estudiantes en los colegios, trabajadores en las tierras, en las minas , en los obrajes , aquellas conquistas que paulatínamente se instalaron en las consciencias de los pueblos: La Espiritual, la Cultural, la Política, la Económica. Para cuando Crisanta y Diego San Pedro –Tlacotzin se conocen, si bien aún hay quién recuerde a la Tonantzin, el culto a la Guadalupe se arraiga lenta, pero sólidamente casta a casta..
Novela que nos invita a reflexionar , como sociedad mestiza, sobre nuestros orígenes, nuestras contradicciones, nuestros absurdos, nuestras complejidades.
Una historia entre dos que pasa por ser la historia de muchos. Cuántos personajes coloniales , divertida o tristemente son retratados por la pluma de Serna para mostrarnos como éramos y en una de estas, como somos. Novela para conocer el pasado y encontrarnos en el presente.
Es cierto, la colonia no es un tiempo heroico como la Independencia, la Reforma , la Revolución. Pero si en algún lugar nació el tiempo mestizo, fue ahí.

domingo, septiembre 18, 2005

ARDIENTE PACIENCIA

EL ESTANTE

ARDIENTE PACIENCIA
ANTONIO SKÁRMETA.

El libro, que se notaba leído y releído me lo prestaron hace ya varios años. Lo leí de un tirón por emocionante y por breves sus dimensiones ( escasas 100 páginas ). La novela narra, quizá uno de los temas mas socorridos en la literatura : una historia de amor. Un amor adolescente que va creciendo hasta hacerse maduro. La relación amorosa entre Mario Jiménez y Beatriz González. El quién, viviendo en una isla no quiere ser pescador, toma el puesto de cartero ( aunque en toda la isla solo le llegan cartas a una persona ) y ella, la joven que atiende ( bajo la mirada atenta de su madre ) la taberna del pueblo. El caso es que Antonio Skármeta, Chileno, un poco periodista, otro poco poeta y otro tanto contador de historias agrega su admiración y conocimiento de Pablo Neruda para convertir al poeta, en esta historia que mezcla la realidad con la ficción, en una suerte de padrino, consejero, cómplice, tutor, del joven cartero.
La historia vale por la humanidad de los personajes. La natural ingenuidad del joven Mario, su admiración por el poeta y su poesía que lo llevan, lo mismo a comprar de poco a poco sus obras, hasta tratar de entender lo que es una metáfora e iniciarse en el oficio de las palabras. La coquetería recién nacida , una seducción sin malicia y el paulatino acercamiento de Beatriz hacia Mario, quién finalmente la enamora a punta de metáforas ;y un Pablo Neruda que resulta ( suponemos que Skármeta retrata al poeta por haberlo conocido y el Neruda de la novela se acerca al Neruda de carne y hueso ) simpático, dicharachero, tierno, un hombre que le apuesta al amor, al de él por Matilde, al que explora en su obra, y al de Mario y Beatriz .
A lo largo de las páginas no solo transcurre el creciente amor entre Mario y Beatriz, su matrimonio, el nacimiento de su hijo Pablo Neftalí Jiménez González ; situada en 1969, en los intersticios de la historia de amor, pasan la vida y los intereses poéticos y políticos de Neruda, lo mismo su espera por el premio nobel de literatura, que su designación por el Comité del Partido Comunista como candidato a la presidencia de la república, propuesta que finalmente declinará a favor de Salvador Allende, su designación como embajador de Chile ante el gobierno de Francia, el golpe militar, en fin, el Chile de principios de los setentas.
Ardiente Paciencia ( después, El Cartero de Neruda ), dedicada a Matilde Urrutia “ inspiradora de Neruda, a través de él, de sus humildes plegarias ” tardó 14 años en escribirse. Skármeta , en el prólogo nos dice que, la mujer que inspirará el personaje de Beatriz, en uno de sus encuentros en los tribunales de Santiago, le pidió que contara para ella la historia de Mario “ no importa cuanto tardase, ni cuanto inventara”. Según el autor, justificado y personado de antemano, incurrió en ambos defectos.
Ahora que he leído la obra un par de veces, disfrutándola con diferentes ojos en cada ocasión , sigo sin saber si Skármeta escribió una novela de una triste realidad política, en cuyo fondo sobrevivía una terca e ingenua historia de amor ( como esas sinfonías donde en medio del estruendo , de los altos y bajos, los Molto Vivaces , los Allegro Energico, allá en el fondo, subyace solitario, pero vivo el canto de un fagot, de un violín ) ; o un novela de amor en cuyo fondo se tramaba una dolorosa realidad política, una pesadilla que amenazaría de muerte a cada enamorado, a su imaginación , a su deseo, a su felicidad, y cada poeta y a su mejor herramienta las palabras,

SABADO 17

Sábado 17. Mi amiga tiene razón. Reclama airadamente ( está algo enojada) por mi tardanza en contestar sus correos electrónicos. Tiene razón cuando me dice que debiera aprovechar este medio para saber de nuestras vidas, para desahogar el flujo cotidiano, para saber que allá , en aquella ciudad, hay alguien que conozco y sé de él , de ella en su caso. Tiene razón cuando me dice, sin decirlo, que uno no puede estar tan ocupado como para no enviarle unas letras, un mensaje breve, a una amiga que espera noticias de uno.

Claro que cuando leo su correo ( no el primero , sino el segundo , donde “me recuerda”, que no le he contestado ), reconozco la validez de sus reclamos y argumentos. Tiene razón, el silencio ( particularmente cuando hay quién espera una respuesta ) no solo es incómodo, es tan oscuro, que es difícil saber lo que hay ahí. Entendí lo que le pasaba a mi amiga. El silencio puede ser, está ocupado, no tiene tiempo para mi, no le interesa contestarme, se ha olvidado de mi correo, tiene mil cosas que hace se le descompuso su computadora, ya no tiene Internet, , ya contestará ( pero la contestación no llega ), nuestra amistad ha dejado de ser importante , en fin , la lista de interpretaciones puede seguir. Y claro, uno puede dejar que una amiga suponga cosas, no solo dolorosas, sino falsas.
No se si a usted le sucede, pero yo acepto que con alguna facilidad me pierdo en la vorágine cotidiana ( llevar a los niños a la escuela , el trabajo , el tráfico, las cuentas, la prisa, el llegar a tiempo, y luego, el cansancio, el sueño )y al hacerlo, sufro un exceso de contacto con el mundo, en detrimento del contacto con migo mismo. Y al dejar de tocarme a mi, de sentirme, saberme, escucharme, pensarme, recordarme, se me van de las manos, de los ojos, de la piel, del recuerdo las cosas que me son importantes, relevantes. Al olvidarme de mí, al caer yo mismo en el silencio, se silencia aquello que habita en mí.
No crea que esta pérdida de contacto con uno mismo se limita a dejar de revisar el correo electrónico y dejar para otro momento ( siempre un verdadero misterio) contestarlos. La cosa ( así lo dice Mario Benedetti en un poema, que Martín Santomé le escribe a Laura Avellaneda ), es mucho mas grave, cuando uno se aleja de sí mismo pasan o mejor dicho , dejan de pasar mas cosas. Yo dejo pasar un tiempo incalculable sin escuchar música que disfruto verdaderamente ( adagios de Mahler , sonatas de Beethoven, el cello de Yo Yo Ma, ), pasan días sin leer a Sabines, a Benedetti, a Neruda ; dejo de escribir, olvido hace cuanto tiempo le llame a alguno de mis amigos solo para saber cómo estaba, o cuanto tiempo ha pasado desde la última vez en que me tomé sin prisa una taza de café, dejo de recordar, memoria. Lo verdaderamente grave del asunto, es que estas aparentemente pequeñeces de la vida ( de mi vida ) le dan un cierto sabor, un aroma, una textura, un color, una sensación muy cercana a la felicidad ( la felicidad tiene tantos rostros ). Sin estos breves momentos ( que es decir, sin Mahler, sin Neruda, sin llamar a los amigos, sin contestarle pronto sus correos, sin recuerdos, sin un café bien calibrado ) hay algo de mí que está ausente. Sin eso, me da terror siquiera suponer en que me convierto. Pero seguramente, en ese alguien a quien mi amiga, con razón, le reclama su distancia y su silencio. Le digo, creo que entendí lo que le sucede a mi amiga. Por lo demás, le agradezco a ella la sacudida, el regaño mas que merecido. Hace falta que cuando uno se va de sí mismo, alguien te llame y te traiga de vuelta. Vuelvas a ti, a sentirte, escucharte, saberte. Volver a ti, habitar en ti, y con ello, volver a las cosa que te son queridas.
p.d. Claro que a mi amiga, ya le contesté.

lunes, septiembre 05, 2005

CIEN SONETOS DE AMOR

Cien Sonetos de amor.


¿ Cambia el amor con el tiempo ?, Es decir ¿nos enamoramos diferente a los veinte que a los cincuenta ? , o en una de estas, nos enamoramos igual, pero al paso de la vida tenemos nuevas palabras para nombrarlo, invocarlo, crearlo, entonces ¿ describimos el amor con otras, con recién descubiertas palabras ? o ¿la vida nos pone en contacto con diferentes profundidades del amor ? ¿ Cómo saberlo, como comparar? ( ¿ y en una de estas , no será que todas estas preguntan son inútiles?)

El hombre que a los 19 años escribe “ Me gustas cuando callas por que estás como ausente, y me oyes desde lejos y mi voz no te toca, parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca ” , es el mismo hombre que a los cincuenta y cinco escribe, “ Antes de amarte , amor , nada era mío ; vacilé por las calles y las cosas , nada contaba, ni tenía nombre , el mundo era del aire que esperaba ”.
Otras preguntas ( quizá igual de innecesarias como las primeras )¿Que sucede al paso del tiempo con la ( con nuestra) pasión, ternura, urgencia , deseo, la impaciencia, la imaginación , la espera, el encuentro, la ansiedad, la separación, el dolor ? ¿Que con nuestras manos, y nuestros ojos, con nuestras bocas y nuestras lenguas, nuestros brazos, nuestros dedos?

Es bien sabido que el amor de la vida de Pablo Neruda fue Matilde Urrutia. Si con una mujer lo recordamos, es con ella. Decir Pablo, fue decir, Matilde. A ella, a Matilde, su tercera mujer- por que antes, María Antonieta y luego Delia - le dedica el resto de su vida y de su obra ( con Neruda no se sabe dónde inicia una y termina la otra). No tenían cinco años viviendo juntos cuando Pablo escribe un libro completito para ella sola. Un libro con cien sonetos de amor: “ Señora mía y muy amada, gran padecimiento tuve al escribirle estos mal llamados sonetos, y harto me dolieron y me costaron, pero la alegría de ofrecértelos es mayor que una pradera…. Con mucha humildad hice estos sonetos de madera, les di el sonido de esta opaca y pura sustancia…; sonetos de madera que solo se levantaron porque tu les diste vida”.
Pablo Neruda inicia su vida con Matilde Urrutia cuando tiene cincuenta y un años. Su primera casa es la que se conoce como “ La Chascona”. Cuatro años después, Pablo le regala sus cien sonetos de madera.
Es texto está dividido en cuatro secciones, o temas que refieren al tiempo de un día.
Mañana “ Matilde, nombre de planta o piedra o vino, de lo que nace de la tierra y dura, palabra en cuyo crecimiento amanece, en cuyo estío estalla la luz de los limones”(soneto I ). “ Te amo sin saber cómo, ni cuándo , ni donde; te amo directamente sin problemas ni orgullo, así te amor , por que no se amar de otra manera” ( soneto XVII) .
Mediodía, “ No estés lejos de mí un solo día, por que cómo, por que no se decirlo, es largo el día, y te estaré esperando como en las estaciones, cuando en alguna parte se durmieron los trenes . No te vayas por una hora, por que entonces en esa hora se juntan las horas del desvelo y tal vez todo el humo que anda buscando casa, venga a matar aún mi corazón perdido….por que en ese minuto, te habrás ido tan lejos, que yo cruzaré toda la tierra preguntando si volverás , o me dejarás muriendo” ( soneto XLV ).
Tarde, “ Matilde, ¿dónde estás? Noté hacia abajo, entre corbata y corazón, arriba , cierta melancolía intercostal, era que tu , de pronto eras ausente…así te espero como casa sola, y volverás a verme y habitarme, de otro modo , me duelen las ventanas” ( soneto LXV ).
Noche, “ De noche, amada mía, amarra tu corazón al mío, y que ellos en el sueño derroten las tinieblas, como un doble tambor combatiendo en el bosque, contra el espeso muro de las hojas mojadas” ( soneto LXXIX ).
Ahí están los cien sonetos que Pablo le escribe a Matilde, la mujer que llevó la belleza a su vida. La mujer que conoció a los cincuenta . El libro que le dedicó a los cincuenta y cinco.
Pablo Neruda vivió con Matilde Urrutia, hasta el día de su muerte , el 23 de septiembre de 1973, 18 años

Poco antes de morir, Pablo escribió ( quizá ) por última vez para Matilde, Fue tan bello vivir cuando vivías, el mundo es mas azul y mas terrestre cuando duermo enorme, adentro de tus breves manos.

viernes, septiembre 02, 2005

CO0NSENTIDOS

Domingo 29 de agosto.
Quienes vivimos en el mundo occidental; este, resultado de la división de la Iglesia Católica ( 1054) , a consecuencia de los choques de poder entre Roma y Bizancio , después de, cuando menos siete siglos de enfrentamientos, somos herederos de cierta realidad. Una realidad que se ha construido a lo largo de complejos procesos históricos, donde, para no variar, la lucha de los poderes económico, político, social ( guerras abiertas y veladas por el control religioso, por la posesión y expansión de territorios, de fortuna, de fama, por la manipulación de las conciencias, por la materia prima, por los mercados ) ha sido la constante. La Puga entre Romas y Bizancio, tuvo, cuando menos, ocho siglos. En fin. Nosotros ( usted, un servidor, el continente americano y Europa 0ccidental , por supuesto ) somos occidentales y por lo tanto herederos de una invención que tiene ( para la mayoría de los historiadores) sus inicios en Grecia y Roma. Occidente, este forma de cultura, esta invención de la realidad, consentidos y sus perseguidos.

Debo aclarar que cuando hablo de consentidos de la cultura occidental, hablo de ciertos grupos sociales, instituciones, quiénes promueven, ciertos valores, ideas , creencias, que los mantienen en el poder. Un ejemplo de esto fue la tradición , ampliamente documentada, de favorecer a los hombres sobre las mujeres, en la educación , en el arte, en ser poseedores de poder político y económico. Claro , que este decisión , la toman los hombres. Un consentido ( el gran consentido , de hecho ) de la cultura occidental, es el hombre. La mujer tienen, cuando menos cinco mil años sometida al yugo ideológico
( invento de la realidad ) que le otorga la supremacía al varón.
Un indiscutible consentida de Occidente es la Iglesia Católica, que sin bien ya no ejerce un poder monopólico en las consciencias ( todo por servir se acaba ), la mayoría de sus mandatos siguen permeando a la cultura occidental, definiendo de hecho, algunos de los otros consentidos: la familia ( padre, madre e hijos ), la sexualidad heterosexual, el matrimonio, el dogma y el culto, valores como la obediencia ciega y la sumisión.

Otros consentidos de la cultura occidental, es decir, otros elementos que dominan nuestra realidad : el capitalismo, de donde se desprende el trabajo asalariado, el consumo, la riqueza, la acumulación. De este modelo surgen nuevos consentidos de nuestra cultura: la propiedad privada, la explotación ( del hombre , como del territorio ).

El Liberalismo, que privilegia las libertades de pensamiento, culto, de elección política, de información, de trabajo, de tránsito de cada persona, tiene como centro al individuo. El interés liberal en el individuo. Privilegia los derechos y deberes individuales sobre los colectivos. Vivimos pues en un exceso del poder de lo individual sobre lo colectivo.
El mundo occidental tiene su color consentido, el blanco.
La democracia es otra consentida de la cultura occidental, y sería linda , si no fuera que otros intereses ( económicos , políticos, sociales ) terminan por sofocarla.


Si estos son algunos de los consentidos de la cultura occidental , de esta invención de la realidad, ¿quiénes son los perseguidos?. La cosa no es difícil de suponer : la mujer, las iglesias no católicas, los no heterosexuales, quienes viven fuera del matrimonio, quienes tienen un color de piel que no es blanco, quiénes se preocupan por los derechos colectivos, quiénes buscan la igualdad en la libertad, quiénes rechazan el modelo consumista, acaparador, que convierte al ser humano en solo un elemento mas del proceso de producción y enriquecimiento del dueño del capital, quiénes rechazan la explotación humana y del medio ambiente.
La cultura occidental privilegia a algunos y persigue ( castiga, amenaza, niega ) a otros.

Si usted , que lee esto , no es hombre, blanco, heterosexual, dueño de capital, católico, propietario, educado, seguramente sabe a que me refiero.