miércoles, diciembre 31, 2014

Cerramos el 2014

  ¿Dónde estamos?  ¿De dónde venimos?  ¿Qué buscamos? ¿Qué causas hemos defendido?
¿De qué madera estamos hechos? ¿Algo hemos aprendido del pasado? ¿Nos seguimos tropezando con las mismas piedras?
Hacemos las cuentas reglamentarias y el resultado se parece demasiado a los anteriores. Demasiada pobreza, insultante  injusticia, innecesario dolor. El neocapitalismo, con un mercado y gobiernos que no hacen sino buscar la riqueza desmedida, nos devora. Año tras año, siguiendo sus preceptos fundantes, la riqueza se acumula en menos manos mientras la pobreza se expande inmisericordemente. Pero,  esto se había anunciado. El capital, libro de Carlos Marx, oráculo del socialismo  cumple 147 años.
Hace 46 años del movimiento mundial de jóvenes en contra del establishment, estaban hartos de las decisiones del dueños del mundo que no dejaban que el poder se escurriera fuera de sus manos. Hace 45 años del’68 de Francia, de Inglaterra, de los Estados Unidos, de Alemania, de México. Estaban en contra de la guerra de Vietnan (que terminó hace 39 años), de la falsedad de las democracias, de la cancelación de la cordura política, de la concentración del poder.  Hace tres  años del inicio del movimiento (M-15)  de los Indignados, jóvenes en todas partes del mundo, que están hartos justamente  de lo mismo.    
Hace 107  años de la huelga de Rio Blanco, 108 de la de Cananea, 104 del inicio de la revolución Mexicana, pero pese al paso del tiempo pareciera  pocos se han enterado. En México  la explotación humana (y el cinismo que suele acompañarle, en empresas sindicatos, gobiernos) gozan de buena salud. Hace 20 años del levantamiento del EZLN y que leímos los comunicados del subcomandante Marcos, su defensa de los indígenas, su desfachatez contra el gobierno en turno del PRI, fueron un referente moderno del hartazgo social.
Hace 57 años de la muerte de Gabriela Mistral . También se llamó Lucila Godoy. Su poesía iluminó  el basto territorio latinoamericano.
Hace 47 años, que Cassius Clay se negó a ir a Vietnam. Cambió su vida, su nombre por Mohamed Alí, y la historia del box.
Hace 52 años murió  Marilyn Monroe, hace   47 años   Vivien Leigh ,  hace 32 María Callas,  27  Rita Haywoth e Ingrid Bergman,  hace 22 Malene Dietrich.
Hace 34 años, mi amigo Arturo Miranda definió de manera impecable el modelo político imperante en nuestro México querido: “Por qué discutir por cosas que podemos arreglar a golpes”.  El lema lo hemos aplicado con toda puntualidad lo mismo entre vecinos, entre partidos  políticos.
Hace 78 años del inició de la Guerra Civil Española, y hace 39 que terminó la dictadura Franquista. El “Guernica” de Picasso este año cumple 77.  Antonio Muñoz Molina, Javier Cercas, Almudena Grandes, José maría Gironella, Javier Marías, Antonio y Juan Goytisolo (entre muchos otros, siguen escribiendo las historias de esa Historia). Quizá no habrá manera de escribirlo todo, de recordarlo todo, de saberlo todo, pero esto, poco importa porque cada memoria, cada recuerdo cuenta.
Este 2014 se cumplieron cien de la Primera Guerra Mundial (con su Verdum y el Somme, las batallas más cruentas de la historia moderna), 75 del inicio de la 2ª.
No puedo mencionar la segunda guerra mundial sin decir que el Muro de Berlín que partió al mundo en dos, duró vigente 28 años.
Hace 32 años que junto con mis amigos Arturo ( el del lema de “ por qué discutir..,”), Eduardo y Pepe, fui a ver Star Wars, episodio IV.
Hace 34 años que leí por primera vez “El Señor de los Anillos” de  J.R.R. Tolkien.
Hace una semana vi la tercera y última  parte de “El Hobbit” en la versión de Peter Jackson. Nada como Tolkien en blanco y negro.  No sé si alguna vez se filmará “El Silmarilión”,  donde Tolkien describe y narra la historia  del mundo,  Elfos , Enanos y Magos – y Melkor- incluidos de la primera y segunda edad. Hace 17 años murió Jacques Cousteau.  No sé cuánto de lo que sabemos del mar y sus secretos se lo debemos a él y a su Calipso.
Hace 60 años murió Frida Kahlo. Diego Rivera hace 56 años, José Clemente Orozco, hace 64 y David Alfaro Siqueiros hace 39. Sus imágenes y sus ideas siguen siendo imprescindibles.
 Miguel de Cervantes y William Shakespeare murieron  hace 398 años.
Bram Stoker murió hace 102 años. Su Drácula  (como era de esperarse),  sobrevive.
La revolución cubana inició hace 55 años encabezada por Fidel castro, Camilo Cienfuegos, y Ernesto “El Che “ Guevara, quién muriera, haciendo revoluciones, hace 47 años en Bolivia. Este año se cumplieron 52 de La crisis de los misiles que enfrentara a J.F. Kennedy y Nikita Kruschev y Fidel Castro.
Hace 51 años de la publicación de “Rayuela” y 47 de “Cien años de Soledad”.
Hace 157 años que se publicó “Madame Bovary”, hace  152 que Víctor Hugo publicara “ Los Miserables”, 147 que murió Charles Baudelere, 522 que murió Herman Hesse y tenemos 54 años sin Camus, 34 sin Sartre y  28 sin la que fuera su mujer, Simone; van cuatro años sin José Saramago, dos sin Carlos Fuentes.
Hace 264  años murió  Johan Sebastian Bach,  hace 187 Ludwig van Beethoven,  167 Felix Mandelssohn, y 77 que murió George Gershwin. Bela Bartok muere hace 69 años y Mstislav Rostropovich (y su cello imbatible) murieron hace 7 años.
Hace 51 años del primer disco de los Beatles (Please please me)  y 44 del último (Let it be). Nos quedamos sin Lennon hace 34 años, sin Harrison hace 13;  sin Louis Amstrong hace 43 y sin Ella hace 18, y llevamos 16 sin Sinatra.
Hace 112 años que Gustav Mahler le escribiera a Alma, su amada, la quinta sinfonía que incluye el Adagietto de amor, más bello jamás compuesto, y hace 55 que Pablo Neruda escribiera, para Matilde Urrutia sus 100 Sonetos de amor.
Hace 37 años que las madres de desaparecidos durante la dictadura militar en Argentina comenzaron a reunirse en la Plaza de Mayo para reclamar el regreso de sus desaparecidos.
Hace 46 años de la matanza de jóvenes en la Plaza de las Tres Culturas. 
Hace 25 años de la matanza de jóvenes en la  Plaza de Tian’ anmen.
La Guerra de Viet Nam, que pusiera en jaque a medio planeta,  terminó hace 39 años.
Hace dos años  se encontró la partícula de Higgs ( que explica la masa en partículas elementales).
Este 2014 será recordado por Ayotzinapa. La desaparición de 43 estudiantes normalistas siguiendo el más aterrador modelo Priísta del que se tenga memoria: Exceso de poder, impunidad,  corrupción,  complicidad, cinismo. El dinosaurio sigue aquí, y se pasea impunemente a lo largo ancho del país.  
Este año cumplí 59 de edad y van cuatro de mi operación a corazón abierto.
Hace trece años que publiqué mi primer libro, y hace 29 que escribí mi primer artículo para  “El Mexicano”y en este 2014 escribí dos libros, el poemario, Apalabrarte, y  A dos tintas (diálogo poético en colaboración con Patricia Valenzuela) hace 26 años que hago radio y el más reciente fue el miércoles pasado.
Este año me consolidé como lector de Roberto Bolaño y Javier Marías,  sigo siendo terco lector de Sabines, Neruda , Becerra y Cortázar. Bolaño este 2013, cumplió 11 de su muerte, Sabines 145, Neruda 41, Becerra 44 , Benedetti 5 y Cortázar,30. Este año, Silvio Rodríguez cumple 68, Eduardo Galeano  74 y Joan Manuel Serrat, 71 y su amigo Joaquín Sabina, 65.
Miro el mundo, leo el mundo, escucho el mundo y la cosa no ha cambiado mucho. Nos aferramos a la esperanza, a la utopía, al arte, a la búsqueda, al misterio.
Según mis cuentas, hace 44 años (a los 15)  que escribí mi primer poema, hace 29 publiqué mi primer artículo, en el periódico, y hace 14 mi primer libro. Mi pluma sigue goteando.     

jueves, octubre 09, 2014

Historia Circular


Cada pueblo - como cada uno de nosotros, los irremediables mortales- , es su historia. Cada pueblo ( como cada persona), no puede ser  sino la suma de sí mismo. Suma de tiempo y tiempos, de ahora y ahoras,  de allá y aquí, reunidos en el exacto e inexorable presente.
En nuestro pueblo en cada hora se dan cita todas las horas. En cada tiempo se suman todos los tiempos. El dolor de ahora, es los dolores de siempre. El anhelo de aquí, es el anhelo de todos los aquís inexpugnablemente reunidos.
Hoy se enfrentan cara cara Hidalgo y Calleja – uno terminará decapitado. A Zapata lo acecha a la mala, a traición, lo embosca, lo asesina  Guajardo. Pero de cualquier forma,  Hidalgo hoy volverá a luchar en Puente de Calderón, mientras  cabalgará Zapata  rumbo a Chinameca. Hoy algunos federales esperan a la familia de Rubén Jaramillo, los subirán al auto, los bajarán en medio de golpes e insultos, les dispararán a quemarropa. Nueve balas en el cuerpo y dos en la cabeza matarán a Jaramillo. Mañana volverán a ulimar a Jaramillo y a su familia.
México, hoy, como siempre, es el Aleph de Borges, y reúne en cada tiempo,  todos los tiempos, en cada rostro, todos sus rostros, en cada muerte, todas las muertes. En esta tierra llena de almas insepultas, todas las batallas, todas las  infamias, se repiten a sí mismas en cada resquicio de este nuestro inexpugnable presente.
Hoy lucharán liberales contra conservadores, federalistas contra centralistas.  Santa Ana acecha y  Juan Álvarez lo está esperando.    Desde un rincón del país Ricardo Flores Magón está escribiendo “Regeración”. Hoy José revueltas publica “ El luto Humano”. Hoy, de la pluma de Juan Rulfo nacerá un hombre que viajará al pueblo donde los muertos dialogan entre sí. Pedro Páramo irá a buscar a su padre  Pedro Páramo muerto hace años . Rulfo supo que  cada uno de nosotros es Pedro Páramo, que  cada pueblo,  se llama Comala. Hoy murió acribillado Zapata en Chinameca, y hoy hay 43 estudiantes desaparecidos  en Guerrero. Hoy morirán de hambre incontables indígenas en las barracas de Valle Nacional. Hoy Plutarco y su jauría  planearon el asesinato del Gral.  Álvarez  Hoy la ejecutó. Hoy Leonardo Márquez asesinará a sangre fría a indefensos prisioneros de guerra.
Hoy el sacerdote Tenoch encontrará el lago donde está el islote donde un Águila devora a una Serpiente. Hoy ha muerto Cuitláhuac de viruela. Hoy ahorcaron a Cuauhtémoc. Hoy hubo un abrazo traidor en Acatempam. Hoy se reeligió Juárez, mientras  Díaz  se levantaba en armas en La Noria contra la reelección. No más reelecciones dirá el dictador. Hoy volaron el pórtico de Granaditas y la puerta de la preparatoria San Ildefonso. Hoy alguien dirá que ya no somos pobres, que la riqueza viene por nosotros. Que se han completado las reformas; que el México de bonanza está tocando nuestras puertas. Mientras hoy incontables morirán de hambre, de enfermedades curables, morirán de injusticia y de impunidad.
Somos un Aleph, una historia circular. Hoy Cortés planeará una encerrona contra los Tlaxcaltecas, Guajardo contra Zapata, obregonistas con Villa, Díaz Ordaz otra con los estudiantes, los federales otra contra Jaramillo, guardias blancas contra indígenas. Nada está muerto, todo está vivo. Lo mismo la historia que los deseos.
De los sepulcros se escuchan los nombres de los asesinos. Las calles están llenas de almas insepultas. Hoy los indígenas reclamarán justicia al Virrey. Hoy el Virrey les enviará un mensajero que les mentirá. Sólo  las piedras, las nubes, el viento  y los árboles hablan con los indígenas.
Hoy Orozco, Rivera y Siqueiros pintarán los muros porque el gris del silencio es inadmisible.
Hoy alguien demandará justicia para los miserables. Hoy alguien, escribirá en alguna pared el nombre del asesino.
Hoy Rosario Castellanos escribirá su “Oficio de Tinieblas” y nacerá “Juan Pérez Jolote” de la mano de Ricardo Pozas. Hoy Ramón López Velarde escribirá su “Suave Patria”. Hoy en el norte sigue cabalgando Villa, a quién sigue persiguiendo (inútilmente, claro está) el general Pershing. Hoy Obregón tratará de vencer a los Dorados de Villa, porque Carranza, el dictador que esconde la ley en su bolsa, así lo manda.
Hoy mismo esperan a Villa en la misma esquina de Parral, los hombres que lo acribillarán. Pero, hoy, ni Villa falta a la esquina de Parral, ni Zapata llega tarde a Chinameca, ni Jaramillo  huye de sus destino, ni los campesinos faltan a Aguas Blancas, ni los  estudiantes evaden Tlatelolco.      
Hoy escribirá Sabines “ Yo no lo sé de cierto, lo supongo”. Hoy Luis Guzmán  soñara una historia que se llamará “ La sombra del Caudillo”, mientras Carlos Fuentes desenmascara la” Región más trasparente”.
Hoy ciudad Juárez es Comala, y las voces de las muertas se confunden con el viento del desierto.
El poder es sagrado y sangriento en esta tierra desde hace tres mil años. Hoy alguien escribe, “Tierra y Libertad”. Hoy alguien demanda, los queremos vivos


Hoy , escribimos todo, deseamos todo. Lo deseamos los vivos, lo deseamos los muertos

sábado, septiembre 06, 2014

ESCRIBO



Escribo desde esta tarde que intenta ser fresca, desde una habitación que quiere ser íntima, desde unas teclas de plástico que no quieren dejar de ser cálidas, desde una ventana con cortinas de ramas y flores  abierta lo mismo al cielo multicolor de los días que a las diferentes obscuridades de la noche, desde una música del clavecín de Bach  que nace en otro tiempo, y con sus 292 años  se derrama desde arriba de los libros , y pasa por Cortázar y su Rayuela;  Fuentes y su región más trasparente y Paz , y su Laberinto de la Soledad y La memoria del Fuego de Galeano;  Sabines y su poesía reunida y Poniatowska y su noche de Tlatelolco y Borges y Benites y Cosío Villegas; por las sonatas  de Beethoven, los discos de Silvio y Serrat, y Amaury y los Beatles , y por las caracolas que me regaló mi amigo  Lino ( a quién la vida quedó debiéndole muchos, pero muchos años) hasta alcanzar la ventana con cortinas de ramas y flores que da al patio donde están enterradas las cenizas del  Shadow, el pastor alemán blanco que vivió su vida enterita con nosotros.

Escribo desde un rincón de esto, que aprendí hace incontables años, sentado   en un banco de madera cansada, que se llamaba La Patria, y que nos unía a todos y que comenzaba en el Bravo y el Colorado y terminaba en el Grijalba y el Suchiate y el este estaba  el Golfo y al oeste el Pacífico, y resultaba que estabamos rodeados de agua y éramos y somos hijos del agua , y quizás por eso los hijos de esta Patria somos tanta lluvia, llanto, tormenta y aguacero, y no hacemos sino inundarnos de pena y ahogarnos de desolación, aunque pronto, alguna noche, aprendemos a sobrevivir empapados de la humedad prodigiosa que nos gotea el amor .

Escribo desde la esquinita de esta Patria, de la que  aprendí en la banca de madera cansada y supe  que éramos Veracruz,  y Chihuahua y Tabasco y Jalisco, y Guerrero y Chiapas y el lago de Chapala y el Cofre de Perote , y éramos también los Huicholes que vivían en Nayarit, los Rarámuris en la Sierra de Chihuahua, los Choles  y Tojolabales que viven en Chiapas, los Mixtecos que viven en Oaxaca. Y todo esto cabía en un cuaderno que siempre fue viejo, pero que llegaba puntual a las ocho de la mañana, al escritorio de madera cansada que estaba en una escuela que se llamaba José María Morelos y Pavón. Ahí supe y sabría que en la Patria cabían también  los verdes de las misteriosas selvas, los azules de las insondables aguas que nos rodeaban , los cafés de las  Sierras inagotables, los amarillos de los desiertos inauditos, los morados de los atardeceres y los negros de las noches inquietantes, el blanco de los vestidos de las Oaxaqueñas, el claroscuro de la piel de las veracruzanas, y en un rincón de mi patria, el rojo del beso de tu boca.





Escribo de un rincón de la Patria, desde esta ciudad parte mito, parte sueño y parte misterio, donde  caben igual una invasión filibustera, un legendario casino, dos hipódromos, decenas de diluvios, una avenida hecha de leyendas, una frontera hecha de sueños, de muros de concreto y de oraciones perdidas.

Escribo desde el rincón de arriba y a la izquierda  y trato de entender lo que sucede en las otras esquinas de mi Patria, y trato de entender la vida allá junto al Suchiate y la selva, los montes, la miseria, qué es ser Tzeltal o Tojolabal, su vida perseguida, el frío de todos los días , la lluvia, la enfermedad ,la muerte y miro lo que sucede en  Oaxaca donde arrecia lo mismo furia de la naturaleza con el encono humano y la pobreza es más pobreza y la muerte es más muerte y la soledad es más soledad.
Escribo desde una frontera y pienso en estas tierras olvidadas por la ley, tierras convertidas en camposantos y entonces Juárez y sus incontables  muertas con y sin rostro, con sin nombre, con y sin sepultura, todas sin justicia. Pero parece que Juárez, es otro nombre de Chiapas, de Tijuana, de Veracruz, de Tamaulipas, de Oaxaca, de Hermosillo, de Acteal  donde  vivimos y morimos sin rostro, sin  nombre, sin sepultura.

Escribo y trato de desentrañar el tiempo que viene y escucho los clamores por reducir el dolor, por acabar con la desvergüenza, la impunidad y establecer un breve pero cierto y legítimo espacio donde el respeto y la tolerancia, y la ley y la nobleza, y la lealtad y la Paz. Para que en esta patria haya un rincón, un rinconcito, un pedacito, chiquito como la palma de mi mano donde se siembre  la breve semilla  de  la felicidad y la querencia.
En  esta patria de la que aprendí que era la mía, en aquel banco de madera cansada en un saloncito obscuro y de ventanas sin vidrios de un escuela con nombre de prócer, pero que tenía un patio de tierra, muy chiquito, sin árboles ni pastito para tirarse a ver  las nubes reflejando nuestros sueños.
Escribo desde el fondo de mi esperanza desde los atisbos de mis sueños y de mi piel , desde la música de Bach  que sigue subiendo y bajando  por los libreros y tocan las denuncias de Bartolomé de las Casas, contra el maltrato a los indígenas las historias de poder de Don Juan, las imágenes amorosas de Jaime Sabines y de Neruda , las dos biografías del “Che” Guevara, la de  de Taibo II y la  de Castañeda ,  las aventuras de Gandalf y de Frodo descritas por Tolkien en los tres tomos de El Señor de los anillos, los comunicados y cuentos del subcomandante  Marcos, y los diez tomos de la “ Historia Moderna de México” de Cosío Villegas.
Escribo ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, so, sobre, tras, mi patria ,esa donde Cuauhtémoc fue el último emperador Azteca, Sor Juana, lo mejor del Barroco Novohispano ( que siguió siendo la mejor cuando era lo mexicano), donde Taxco y su plata, Tres Marías y sus quesadillas de queso, y de hongos, y de sesos, y sus pambazos de chorizo , y su champurrado, Veracruz y su café de “La Parroquia” cualquier noche después de pasear por el malecón, desde donde mira el nacimiento de la luna roja y el embarcadero, donde Monterrey y sus Troles, Puebla y su mole y sus chalupas , Ensenada y sus tacos de pescado, Yucatán y su Cochinita Pibil , Mexicali y su comida China, Tijuana,  sus burritos del bol corona y el café del Das Cortez, de la esquina de la Brasil y Durango en la Cacho.

Escribo desde un país inconcluso. Tenemos demasiados pendientes.
Demasiadas deudas con la justicia, demasiada sangre derramada, demasiada miseria , sobre demasiada  gente. Tenemos pendientes trabajos , escuelas , caminos, casas, libertades. En incontables rincones de la patria no llegan ni el agua, ni el pan , ni la justicia porque todas están en manos del mismo hombre. Está secuestrada la educación, la historia cotidiana, la libertad. El país está en manos de unos cuantos apátridas, mientras nuestra esperanza es una velita cuyo fuego cuidamos contra ventiscas imprevistas.
Escribo en medio de la noche que me mira y abraza. Escribo mirando los recuerdos pintados en el cuaderno que llevo dentro desde  hace años, y que era viejo el mismo día en que lo compré,  igual que el banco de madera cansada, enmedio el saloncito obscuro, con ventanas sin vidrios y  que tenía en la pared el mapa que atestiguaba que estábamos rodeados por agua, en  la escuela con nombre de prócer y el patio pequeño sin árboles ni pastito.
Escribo desde el inicio de mi país, desde este rincón que, para escribir ,  finalmente ha de ser tan bueno como cualquier otro rincón.
Escribo y son palabras, imágenes ,sueños y recuerdos  lo que arrojo al agua como otros arrojan las semillas al surco.
Escribo y espero una lluvia que nos limpie y un cielo que escampe.


jueves, julio 03, 2014

Apuntes

1.- Nací en Julio, era el tres,  era domingo  y estaba lloviendo. Era la ciudad de México, nací en el ombligo de la Luna.
2.- Mi abuelo paterno, Juan Benjamín Moncada, era trompetista, y dicen (decían) que habría tocado con las orquestas de  Luis Arcarás y Juan S. Garrido. De él, de sus hermanos y hermanas crecería una dinastía de pianistas, escritores, danzantes y poetas.
3.- Mi Abuela Tina,  se había enamorado de él sólo porque era músico. Y porque se parecía a Emilio Tuero.
4.- Mi abuela Elena Spínola, blanca como la espuma del mar caribe, de ojos verdes,  criolla de tercera generación se fugó adolescente de casa de sus padres en Campeche y se fue a vivir a Veracruz, donde hizo vida hasta que, después de tener a sus cinco hijos, vivió como madre soltera, borrando de los anales de la familia al abuelo, ( se rumora su nombre , Eugenio, heredado al hijo mayo). Su  destino final ha sido un misterio. Mi abuela, decía de tiempo en tiempo para definir los temas tabú, “de esas cosas, no se habla. Entre esas cosas, estaba mi abuelo.
5.-  Mi papá siempre fue Atlantista. Nadie como Horacio Casarín declaraba de domingo en domingo (ni Borja, ni Hugo, ni el Manolete, ni el “Chalo” Fragoso). La elección no sorprende. Los Atlantistas eran los desposeídos del país.
6.- Si mi papá veneraba al Atlante y al futbol, mi madre – hija de un músico-  se declaraba fanática del Cha Cha Cha,  de Jorrín y la Orquesta Aragón.
7.- Hasta los 8 años, viví en edificios oscuros de la colonia Narvarte en la ciudad de México ,en todos había fantasmas que hablaban detrás de las puertas y dormían en los pasillos. No había otro entretenimiento que la radio en la sala de la casa
 8.- La primaria la estudié en la escuela pública, José María Morelos y Pavón. No había árboles, ni pasto, ni platitas, sólo un terregal solitario.
9.- Tuve dos  hermanos y una hermana. Cuatro tíos paternos, cuatro tíos maternos. Quince primos maternos y veintiún paternos. Dos abuelos maternos y la abuela Elena ( del abuelo paterno desterrado de la memoria familiar, ni su sombra)
10.- Mis vacaciones usualmente eran en Veracruz, en la casa de turno de la abuela Elena. Esto duró años. Viajamos al puerto, en tren ( pasaron años para dormir en pulman), en camión, en carro; en julio, en marzo, en diciembre; fui con mi familia, con mis primos y con mis amigos.  De ahí, es decir, de Veracruz  mi gusto por el café de Coatepec en “La Parroquia” , la Gordas, las Picadas, las Negras, el Chilpachole de camarón, los Pulpos en su tinta, la Mojarra, el Vuelve a la vida, la nieve de Guanábana, el mar nocturno, la luna roja en horizonte  los Mangos con chile y los tranvías.
11.- Desde que recuerdo, las fiestas de los Moncada estaban llenas de música, de poesía. Tíos y tías pianistas, escritores, periodistas, defensores de la Revolución Cubana, lectores de Cortázar, de Rulfo, de Fuentes. Todos y todas con la sabiduría en el cuerpo a la hora del Cha Cha Cha, del Mambo, de la Huaracha y del Danzón.
12.- Comencé a leer con un libro que me regaló mi padrino. Yo tenía 13 o 14 años. El libro narraba las conquista del Everest por Hillary y el sherpa Tenzing,   del  Polo sur por Amundsen y del norte por Peary.  Las tres historias fueron cautivantes. Algo de ellos aparecía en mí, cuando años después , navegué el Amacuzac y me sumergí en las profundidades de la tierra en Xoxafi ( supongo que de ahí pasé de la espeleología de la tierra a la espeleología del alma).
13.- Ya de adolescente leí a Jardiel Poncela ( Amor se escribe sin hache), a Neruda ( 20 poemas de amor y una canción desesperada), a Victor Hugo (Los Miserables), Taylor Cadwell (La Columna de Hierro).
14. A los catorce años tuve mi primera guitarra de manos de mi otro padrino, Carlos Guevara – uno de los mejores intérpretes del Flamenco,  en aquel entonces era la primer guitarra en “Bulerías” -y aprendí a tocar boleros, y a los dieciocho llegó el piano a la sala de mi casa y yo comencé con mis clases.
15.- Mi primer amor fue una niña que se asomaba por la ventana de su casa cuando nosotros ( adolescentes de 13 a 15) salíamos a jugar futbol a la calle. Ella nos miraba, yo creía que me miraba a mí. Cada uno de mis amigos  creía que lo miraba a él. Nunca supimos a quién miraba, pero todos jugábamos mejor. Esta historia la incluí en un cuento y en un poema.
16.- A los 17 años me hice Scout, y me mantuve en el movimiento hasta los 28, cuando viajé del estado de México a Tijuana.
17. Cuatro veces, cuatro, hice en el balsa el río Amacuzac. Mi recuerdo aun gotea.
18.- Tres veces baje a la gruta de Xoxafi.
19.-   Como telón de fondo, a la menor provocación,  viajan conmigo líneas, páginas, capítulos de Cortázar, Victor Hugo, Neruda, Beneddetti, Sabines, Bolaño, Galeano, Elizondo, Tolkien,
20.- Siempre Bach. Siempre Bach,  y sus Suites para Cello, Glenn Gould y el Clavecin Bien Temperado, Jame Rhodes y el Adagio del concierto no. 3, en D;  Martha Argerich y la Tocata en C menor.
21.- Mi mejor maestro se llamó Armando Escobar. Jefe  Scout, amable, entero. Nos decía a los jóvenes hay que tener cuatro cosas : familia, escuela, novia y ser scout. Y si los scouts te impiden tener novia, habrá que dejar a los scouts. A su invitación navegué por primera vez el Amacuzac. Tenía 17 años y hasta ese domingo, nunca me había jugado la vida.
22.- Cuando salí de la preparatoria  estudié piano por primera vez. Volví al terminar la universidad
23.- Desde la secundaria escribo. En ese entonces escribí Cuentos, canciones y poemas.
23. Aun ahora, la música, y la literatura son los rieles sobre los que corre mi vida.
24.- La vida sigue siendo un misterio. Lo dijo Don juan. En ese misterio reside su mayor belleza, eso lo digo yo.
25. Cada noche de campamento, es única.     
 26. La noche más bella la pasé viajando en tren atravesando el desierto de sonora. Noche sin luna, plagada de estrellas. Viajaba solo.  Regresaba de Tijuana a casa de mis padres en las vacaciones decembrinas. El tren lo tomé en Mexicali, Era  1983, pero pudo ser 1984. Sé que la noche y sus estrellas están ahí donde las vi. De vez en cuando, viajando de noche por  la carretera Mexicali- Tijuana, en la Rumorosa, hay un atisbo de ellas.
27. La noche de más terror, la tuve en la adolescencia, cuando acompañaba a mi abuela Elena a Veracruz. Cerca de las once de la noche  el tren  baja por  Cumbres de Maltrata. La pendiente es criminal y el tren parece que baja sobre una pista de hielo. En medio de la bruma el tren se inclina, baja  y rechina  mientras avanza de puntitas. Yo me aferraba a la pared del compartimento, a las sábanas, a la almohada, mientras abuela comía galletas marías.
28. Extraño viajar en tren.
29.  Voy sumando “B” a mis gustos. Bach, Beatles, Beethoven, Brahms, Benedetti, Bolaño, Bisquets.
30 . Mi  amor al piano se lo debo a  los Nocturnos de Chopin, interpretados por Arthur Rubinstein.
31.  El libro que más veces he leído es “Rayuela“ de Cortázar, invariable y reglamentariamente  una vez por año .
32. El libro que más he recomendado es “Los Miserables” de Víctor Hugo. Ahí estamos, desde hace siglos todos. En cada esquina hay una Fantine, que tiene a su hija Cosette. Cada noche apresan injustamente a Valjean, y hay un Javert, empecinado en castigarle por lo que no hizo. Cuántas Eponine hay, dispuestas al mayor de los sacrificios por amor. 
33. El libro que no terminé  de leer ( creo que lo dejé antes de la pg. 20) fue uno de Carlos Cuauhtémoc Sánchez, y no me acuerdo de su título.
34. El poema que más veces he leído es el poema XX de Neruda. Casi siempre en las noches.
35. Los boleros que más me gustan son de Álvaro Carrillo. Me gustan más, mucho más, de noche.
36. Los fríos, no se me dan. Sufro de hipotermias que me dan terror. Se me acalambran músculos, huesos por cerca de media hora.
37. Fue hasta hace cuatro o cinco años que descubrí  ( nunca sabré si demasiado tarde) los Cuartetos de Cuerdas:  Beethoven,  Shostakovich,  Bartok,  Brahms, Haydn. Mi amor por el piano (incluidos los tríos de Oscar Peterson,  Bill Evans y Dave Bribeck), como cualquier amor excesivo, olvida el mundo que nos rodea. Así que tardé en escuchar algo más, que desde siempre  estaba ahí. Bienvenidos fueron la música de cámara y la profundidad del Cello.
38.Me emociona la libertad y la creatividad  de Roberto Bolaño. Me apena su muerte temprana, pero estoy convencido que su obra perdurará entre la de los grandes.  Hay que leer sus cuentos, Los Detectives Salvajes y 2666.
39. Mi gusto por el café americano con base de espresso, tiene su historia. Mi tía Ma. Elena, hermana de mi padre, tuvo a su cargo una cafetería en el vestíbulo de un cine, allá en la ciudad de México, allá por 1970. Ahí lo probé. No supe lo que era, hasta que muchos años después (pudieron ser quince o veinte, no lo sé)  reconocí su sabor en una cafetería de Guanajuato. Ahora tomo uno casi a diario en  el Daz Cortés de la cacho, servido de la mano experta de Ross. 
 40. Le debo a un casete muy viejo, escuchar  las Arias cantadas por Plácido Domingo y Rene Fleming. Lo escuché noche tras noche, hasta saberme incondicional de Puccini. Una noche me dije, “ ya lo pensé, me gusta la ópera”.   
41. Hace 43 años comencé a escribir, y lo primero fue un cuento en un cuaderno Scribe que llevaba la secundaria. El personaje (que cosa más predecible) estaba irremediable e inútilmente enamorado.
42. Hace 27 años que hago radio. El primer programa fue en “Estéreo frontera” ( 102.5 f.m.) y  eran charlas sobre psicología.
39. Dos veces cancelaron mis programas de literatura. Una en Estéreo Frontera ( 1993), otra en Radio Tecnológico ( 1994), ambas por  leer relatos y poesía sobre el “68”.
40. La historia de las mujeres y hombres valientes y enamorados que han compartido conmigo la experiencia radiofónica, es una historia heroica. Una vida entera la que he vivido a su lado.
41. Dos veces cancelaron permanentemente en los periódicos mis comentarios  editoriales. Una en  “El Mexicano” (1987) y otra en “El Día”  (1994). En ambos casos por escribir contra los gobiernos en turno.  Y en ambos casos alegaron problemas de espacio en sus páginas. En 1987 dejé de escribir en “El Mexicano” y fui muy bien recibido por Rogelio Lozoya  en el ABC donde comencé a escribir nuevos editoriales bajo la columna Testimonio.
42. A los 17 años conocí a la mujer que sin decirlo, me diría “ así somos las mujeres”. Ella, en un par de años,  con su amorosidad,  trazó para toda la vida,  la línea que separa lo que es y lo que no es amor.
43. Mi primer beso, el verdadero primer beso, lo di una noche. Era  1972, era diciembre, era la noche del  16,  y era  viernes. Estaba en mi “vocho, ” (era amarillo), y la había invitado a ver la iluminación decembrina de la ciudad. Cuando estaba a punto de estacionarme, ( ella quería una paleta) me giré y ella, es decir, su rostro estaba ahí. No siempre es claro y si la besé, o me besó. Decir que nos besamos, es una salida fácil. Era viernes, era de noche. Ella estaba ahí.
44.  Los nombres de quienes en diferentes momentos de mi vida  han sido mis mejores amigos son. Pablo, Alejandro, Arturo, Pepe, Eduardo, Lino, Andrés, Jesús, Mario. Con Alejandro filosofaba café de por medio en el restaurant California en Sta. Mónica en el Estado de México; Pablo, Arturo, pepe y Eduardo fueron compañeros Scouts por  doce años, con ellos hice canciones y me jugué la vida en más de una ocasión. Con Andrés y Jesús hice radio durante cerca de 10 años. Lino fue padrino de mi boda y de mi hijo mayor. Mario es Mario, poeta disfrazado de fotógrafo, que se disfraza de zapatero.
45. No siempre sé quién escribe cuando escribo. Yo,  o el espíritu  que me habita No pocas veces, cuando releo algo que yo escribí, me pregunto; ¿ yo escribí esto?, ¿ cuándo? Y por qué lo habré escrito? No siempre descubro la respuesta.
46. Me enteré de la muerte de mi madre, Consuelo, una mañana  cuando mi primo Iván fue compungido a avisarme a  la casa donde vivía. Murió de infarto muy  temprano en la mañana, después de prepararse un té.
47. Mi padre murió, cuatro años después, cuando preparaba su viaje a Tijuana para asistir al nacimiento de mi hijo. Siempre he pensado que murió cansado de intentar inútilmente vivir bajo  la ausencia de su esposa.  
48. A mi madre le debo el gusto por  la música, el baile  y las letras. Cosa de los Moncada.
49. Mi padre durante su juventud jugó futbol, lo hacía de medio volante. José Alfredo Jiménez era el  portero. En la casa de mi hermana sigue la fotografía  que da testimonio de la historia. Con el paso del tiempo, mi papá y José  Alfredo visitaban la misma cantina atendida por su amigo común, un buen hombre de  apellido Rábago. La imagen de Rábago limpiando la barra de la cantina del restaurante,  “La Manzana de Roma” terminó por ser la portada de un disco de José Alfredo.

50. Quizá en otra vida pude ser pianista. Pero uno nunca sabe. Tengo fama de terco. Así que en otra vida seguramente hubiera sido lo mismo que ahora soy.

lunes, mayo 12, 2014

Soledad

"Hay dos cosas que son infinitas: el universo y la estupidez humana; de la primera no estoy muy seguro". Albert Eisntein

Hay un Dios, debe haberlo. A veces lo sé, a veces lo intuyo.
A veces, no lo sé.
Es decir, paso de Hay un Dios, a ¿Hay un Dios”.
Pero el Cosmos es demasiado grande
Quizá aun para Dios.
Se va de visita. Se descuida. Se olvida.
No pueden, imagino, necesitarle más que aquí.
No miraba a Ruanda mientras masacraban a los Tutsi;
Estuvo lejos, muy lejos de las mujeres Bosnias en Sarajevo;
No lo imagino desdeñando a los palestinos
( se dice que uno de sus hijos nació cerca de ahí), pero
¿dónde estaba cuando Sabra y Chatila ?;
no ha caminado por Chiapas
y supongo que  nada sabe de las mujeres y los niños Tzotziles acribillados en Acteal;
también entiendo que  no ha leído “2666” de Roberto  Bolaño
( quizá porque  toma mucho tiempo leerlo completito),
ni caminado alguna noche por las calles oscuras por donde caminan
incontables mujeres  de cd. Juárez;
-          como no caminó por Chile, Argentina, Uruguay o Paraguay o Bolivia,
ni por Auschwitz, ni Treblinka,  ni la Rusia de Stalin ( el frío quizá) -;
nada sabe de las menores secuestradas y vendidas como esclavas  en Nigeria;
o las que encadenan a la prostitución en Europa?
Yo pienso que de cuando en cuando se entera
(las almas de las muertas deben rondar por su vecindario, nublar su cielo,
oscurecer su horizonte);
y le da vergüenza lo que hacemos, los que nos decimos hechos
a su imagen y semejanza.
No sé bien entonces si se ha ido  de viaje, de supervisión,  
o después de Guerra de cien años, de  las  matanzas  de indígenas por el imperio español,
del Tribunal del Santo oficio y su   Santa Inquisición y  la primera guerra mundial, no ha podido más y    simplemente se ha ido.

Entonces quedamos nosotros, lo humanos, los mortales. Habitando un grano de arena en una esquinita del universo, sin poder resolver nuestra estupidez. 

martes, abril 22, 2014

Voces

Las muertes de Carlos Fuentes en el 2012, (el próximo 15 de mayo se cumplen un par años), de Juan Gelman, de  José Emilio Pacheco,   de Federico Campbell a inicios  de este 2014 y  Gabriel García Márquez hace unos cuantos días, me llevado a  pensar y repensar en las voces de quienes me han acompañado  a lo largo de mi vida. Y no me refiero a las voces de los autores, sino a los voces  José Arcadio Buendía y de Úrsula Iguarán en Macondo,  de Horacio Oliveira y la Maga (Lucía) en Paris, de Zabalita en Lima, Perú, de Pedro Páramo y Susana San Juan en Comala, de Artemio Cruz en México, de Vera la bailarina Rusa en Francia, de Martín Santomé y Laura Avellaneda,  y de Larsen (juntacadáveres) en Uruguay, o “Estrella” cantante de boleros en la noches de la Cuba prerrevolucionaria.  
Mi encuentro con las obras camina junto a mi vida.
Tengo 58 años, vivo en Tijuana desde 1983, es decir desde hace 31 años. He vivido en” Colinas de Agua Caliente”, en edificios de la “5 y 10” y ahora  por el “ Gato bronco”.   Nací en julio de 1955, era domingo y llovía.  En ese año Juan Rulfo publicó “Pedro Páramo”, que yo leí cuando tenía quizá 17 o 18 julios, y seguramente junto con “ El llano en Llamas”. No sé que cómo es leerlos por separado, no importa con cual inicie, siempre termino por leer ambos, espalda con espalda.
Cuando tenía tres años, vivía a tres cuadras del estadio de Béisbol del Seguro Social,  donde jugaban “ Lo Diablos rojos del México” y los “Tigres”. En ese 1958, Carlos Fuentes publicó “ La región más trasparente” que leí alrededor de 1975, cuando estaba en la universidad estudiando Psicología.
En 1965 cuando Mario Benedetti publica “ La tregua”, yo vivía en un departamento de la calle Peten , en la colonia Narvarte. Mi abuela Elena, vivía dos pisos abajo. La triste historia de amor entre Martín Santomé y Laura Avellaneda la conocí mucho tiempo después, y pude cerrar un círculo literario cuando leí los poemas  “ Mucho más grave” y “Última  noción de Laura”, donde  Martín y Laura se declaran, el amor que agoniza.
Los libros que en más ocasiones he leído completos y he ojeado y hojeado en incontables  tardes y noches son “Rayuela”: de Julio Cortázar y “ Cien años de Soledad” de García Márquez.” Rayuela” fue publicado en  1963, hace 51 años, y yo tenía, bueno, 8 y vivía en una casa en el Estado de México, bajo un pueblo llamado “Calacoaya”, por donde corría un río, por cuyas agua navegué a mediados de la adolescencia. Pero desde hace más de 20, no pasa un año sin que regrese  a las calles de Paris, y me inmerse en el amor improbable de Oliveira, por una mujer imposible para él. Todos, un poco más o un poco menos,  yo quizá de los más, tenemos algo Horacio y su terca búsqueda por lo que tiene frente a él.  Y si voy al Paris, de tiempo en tiempo, también de tiempo en tiempo viajo al lugar inverosímil  donde todos vivimos: Macondo.   Ningún lugar como ese, describe el portento onírico, irreal, contundente del territorio latinoamericano. Locura, pasión, poder, ultraje,  desventura, irrealidad. Los escritores, como ningunos otros,  definen esta mezcla de realidad y fantasía, de intangibilidad y contundencia, de vida y muerte que es la vida que vivimos. Pocos lo han hecho mejor que García Márquez. Cuando parece que entiendo algo, o cuando no  entiendo, lo que sucede en nuestros países, llámese selva Lacandona,  Buenos Aires, Cuba, Venezuela, Perú,  la explicación está en la historias que se viven en Macondo. “Cien años de soledad” es publicada en 1967, hace 47 años y, todos seguimos, como los Buendía,  paseando por las calles de  Macondo.
En este 2014, también cumplen 47 años de edad, “ Los Cachorros” de Vargas Llosa y “ Cambio de Piel” de Carlos Fuentes.
Los autores de Boom latinoamericano, escribiendo en mi infancia y dejaron los libros listos para mi adolescencia,  juventud y madurez. Me prepararon, si puede decirse de alguna manera,  para la lectura de Roberto Bolaño, chileno del que he leído (hasta el cansancio) ”2666”, “ Los detectives Salvajes”, “ Los sinsabores de del verdadero policía”, “ El tercer Reich” y “ La pista de hielo”.

Sé que este 2014 volveré a Paris, al departamento atiborrado de libros de discos,  donde Horacio y “La Maga” escuchan la trompeta  Miles Davis y el sax de John Coltrane. Sé que seguiremos en medio de lo irreal, finalmente todo es Macondo.

domingo, abril 13, 2014

Sueño

Estás recostada a mi costado. Quieres dormir.
He sido testigo de cómo te despojas de las impertinencias, de los humores, de los cansancios, de la ropa  del día. Te sumerges poco a poco en la noche, es decir, en la penumbra de la habitación. Bajo las sábanas, eres un susurro, un deseo, un refugio, un alivio, un bálsamo. El otro diálogo. Abro mis brazos para recibirte con todo el cuerpo. Te acurrucas, y lo que se acomoda a mi cuerpo, lo que tengo entre mis brazos, es la nube antes de la lluvia; es la briza antes del viento; es el ocaso antes de la noche. A los pocos minutos  me miras tras el telón caído de tus párpados, me nombras, me hablas, me cuentas desde el silencio de tus labios. Mi brazo es un susurro tibio que te rodea. Tu cuerpo me dice que ahora duermes.
Yo no quiero dormir. No ahora. Afuera hace noche. Miro de reojo el destello de ella que se cuela hasta nosotros aprovechando un descuido de las cortinas. Nuestra noche tiene algo de silenciosa, de quieta, de impenetrable. Mientras yo tengo la tibieza susurrante  de tu cuerpo, pienso que afuera hace frío. No sé por qué, pero recuerdo otras noches; una, en un lugares lejano donde  llovía á a cántaros, y no había otro sonido sino la cascada incontenible sobre mi ventana; y recuerdo otra,  donde el frío  no daba tregua, y yo no tenía el resguardo de tu cuerpo  para sobrevivirla.
Suspiras, pareciera que algo vas a decir, pero no,   sólo musitaste algo, quizá sueñas y en tu sueño algo dices. No sé si sueñas que estás en una plaza, o en un café, o caminando por un parque donde conversas. Vives otra vida mientras en esta estás en mis brazos. En realidad no tengo una idea de lo que sueñas, es decir, de las vidas que vives mientras duermes. La verdad no sé por qué, nunca hablamos de ello. Quizá de tiempo en tiempo en lugar de preguntarte como ha sido tu día, debiera preguntarte, ¿en qué has soñado?, ¿a dónde has ido mientras duermes?.         
Ahora guardas silencio, quizá en tu sueño ya no tienes con quién hablar.
La noche arrecia.

Mi cuerpo se hunde poco a poco en el tuyo.   

miércoles, marzo 05, 2014

El paso de una mujer por nuestra vida es devastador. Es un sueño intangible hecho de piel, de nube, de fuego, de lluvia, de viento y mareas siempre impredecibles. Arriban a nuestras horas, incontenibles la imaginación, la ansiedad y el deseo. Ella, sin embargo, es  bruma, aliento y nostalgia inasibles. Nunca se puede  (nunca pude) poseerla. Suponer asirla es una distorsión de la realidad, un acto de imaginación, tan ilusorio como fútil. Siempre tarde lo sabemos. Por ello, en medio de la inmensidad de la noche, solos, cobijados por nuestro silencio, en un intento final (descabellado, también lo sabemos) de cercarlas,  esgrimimos lo único que es verdaderamente nuestro, las palabras.

lunes, febrero 17, 2014

Lunes 17 de febrero


Bach, tocata en C menor, BWV 911.
Hace falta genialidad en la composición y virtuosismo para la interpretación.
La primera versión que escuché fue hace, quizá hace 25 o 30  años. Aquel tiempo en que dedicaba buena parte de mis ingresos a la compra de música.  En el piano  Martha Argerich. La interpretación parecía imbatible. Cada nota, es decir cada tecla, en su aparente individualidad danzaba entre las que le acompañaban.  Una edición de la Deutsch Gramophone. Long Play, es decir un LP, que escucho aun de tiempo en tiempo en un tocadiscos que reproduce lo mismo el talento de la Argerich, que el scrach reglamentario del vinil.
Ahora, mientras escribo estas líneas, escucho la misma Tocata, en la  versión de David Fray, que se encuentra en un portal de música en la red. No hay scrach.
No es fácil entender la “sombra” humana. Al menos, no para mí. Hace unos días, visitando una librería de la ciudad encontré un libro extraño. Una obra de lujo en su edición. El sólo título llamó mi atención: “El libro Negro”. Los autores,  de hecho son editores, dos rusos,  Vasili Grossman e Ilya Ehrenburg.
No compré el libro. Venía cubierto por una envoltura de plástico que no me atreví a romper. Anoté el nombre de los autores y el libro y llegando a casa busqué en la red. “El libro negro” recoge los testimonios de los sobrevivientes - de sus familiares en otros casos-  judíos al exterminio alemán durante la invasión nazi a Rusia, en la segunda guerra mundial.  Un libro que pudo ser publicado poco más de 30 años después de ser completado el original. He leído, en la red, desde la historia del libro mismo, como algunos de los testimonios. Los relatos no dejan duda de la extrema crueldad humana. Las historias sólo se comparan ( es, espero que se entienda, sólo una forma de decirlo) con las historias de los judíos asesinados en la propia Alemania nazi, o quizá con los relatos de quienes fueron testigos de la conducta de los militares argentinos, chilenos, uruguayos, paraguayos en la década de los setentas, durante las dictaduras.
Recuerdo las denuncias de Fray Bartolomé de las Casas, sobre la crueldad extrema de los soldados españoles en contra de los indígenas allá entre los finales de la conquista y los inicios del virreinato.
“El otro”, “ la otredad” , despierta lo peor de nosotros. Suma de miedo, encono, ira irracionales  desatados.
Vasili Grossman escribe una novela “ Vida y destino” que inicia relatando la vida en un campo de concentración, de exterminio.
Termino.

Bach, partita no. 6 BWV 830. 

jueves, enero 23, 2014

No sabían (cómo saberlo), porque cada nunca se sabe que hay detrás de mirada, de un saludo, de una ( inofensiva, porque parece inofensiva) invitación “ te espero en la casa para un café”). No sabía él  (porque nunca se sabe) qué habría detrás de dar la vuelta a la derecha saliendo de su casa, para tomar la avenida que lleva a la vía rápida, que al cabo de unos minutos  desemboca en el puente, que da inicio a la calle donde está la casa donde ella le espera. Ella no sabía cómo le gustaba a él café. Él no sabía que ella llevaría falda, que cruzaría las piernas una y otra vez, que se acomodaría el cabello, para sus ojos nacieran incontables veces,  que humedecería sus labios ( los de ella) antes de beber de su taza , ni sabía que en sus labios ( los de él) se despertaría el deseo incontrolable de humedecer los suyos en los de ella. No sabían que después de un par de tazas, de la humedad de los labios, de que se agotara la tarde,  sentados en ese sillón, quizá porque  la noche era fría, su cuerpo ( el de ella) terminaría en sus brazos ( los de él) tiritando en fuego.

miércoles, enero 15, 2014

Para Juan Gelman



Lo nuestro es la soledad,
el dolor,
la pena
el desconsuelo

el otoño,
el  frío,
la lluvia pertinaz

La bruma
 El viento,
y otras cosas
que llamamos desamparo

el camino sin retorno
la brújula rota
el cielo opaco
la mar callada,
ese abismo húmedo
donde naufragan nuestros pasos
ser
grano de arena
copo de nieve
gota de lluvia
perdido en la ventisca
la helada
la tormenta

hasta que el amor
ese absurdo extraordinario,
inexplicablemente
nos toca