sábado, diciembre 31, 2016

CERRAMOS EL 2016

Cerramos el 2016
¿Dónde estamos?  ¿de dónde venimos?  ¿qué buscamos? ¿qué causas hemos defendido?
¿De qué madera estamos hechos? ¿algo hemos aprendido del pasado? ¿nos seguimos tropezando con las mismas piedras? ¿hay algo que deseemos para nuestras vidas?
¿Entendemos algo más del cosmos, del tiempo, de la vida – la que nos tocó vivir?
Termina un ciclo más. Un solsticio más. Un tiempito entre los tiempos, esos, los inmemoriales. Nuestra eterna brevedad.  Nos gustan los ciclos. Inventamos los relojes. El Tic tac. Suponemos el tiempo…tic tac… la vida.
No dejamos de inventar.
Año tras año, desde que la inventamos, la riqueza se acumula en menos manos, mientras la miseria se expande inmisericorde como pandemia. Pero, con todo,   algo de esto  se había anunciado. Este 2016 se cumplen 240 años de la publicación de “La riqueza de la naciones” de Adam Smith, su complemento, “El capital”,  de Carlos Marx, oráculo del socialismo,  cumple 149 años.
Nos inventamos el poder.
La lucha por la riqueza e incremento de poder  del establishment no se detiene.  No importa el nombre: Emperadores, Reyes, Monarcas, Presidentes, Sheik, Zar, Primeros Ministros, Ayatolas. Desde que inventamos el poder las grandes potencias no han hecho otra cosa sino enfrentarse mutuamente.
A los hombres, el poder no se nos da.  La historia nadie la cuenta mejor que Tolkien, que supo de Hitler, de Franco, de Mussolini, de Stalin.
No nos hemos cansado de pelear.
Hace 80  años del inicio de la Guerra Civil Española, y hace 41 que terminó la dictadura Franquista, que duró  nada más 30 años (y nosotros nos quejamos de Porfirio Díaz). El “Guernica” de Picasso este año cumplió 79.  Antonio Muñoz Molina, Javier Cercas, José maría Gironella, Javier Marías, Antonio y Juan Goytisolo, Almudena; autores,  que,  entre muchos otros, siguen escribiendo las historias de esa Historia. Quizá no habrá manera de escribirlo todo, de recordarlo todo, de saberlo todo, pero esto, poco importa, porque cada memoria, cada recuerdo, cuenta.
No nos cansamos de pelear.
Este 2016 se cumplieron 102 de la Primera Guerra Mundial (con su Verdum y su Somme, las batallas más cruentas de la historia moderna), y 77 del inicio de la 2ª que vio nacer un nuevo modelo de guerra: La fría: enfrentamientos menores y amenazas de dos bandas de malandrines, La OTAN y el Pacto de Varsovia. El Muro de Berlín, el primogénito de la guerra fría, que partió al mundo en dos, duró vigente 29 años. Hace 82 años de Hisoshima y Ngasaki.


No nos cansamos de matarnos
La Revolución Mexicana (1919-1920)  dejó 3 500 000 de muertos; la Cristiada (1926-1929), 250 000 muertos.
Guerra contra el narcotráfico en México (2006-2012): aproximadamente 145,000 muertos
En los últimos años en  México,   alrededor de 3000 mujeres, mueren cada año  con violencia.
Pareciera que vivimos en una guerra civil. No hay piedad. Solo furia y miedo.
No nos cansamos de escribir.
Miguel de Cervantes y William Shakespeare murieron  hace 400 años. Fueron las primeras grandes plumas que hablaron de la condición  humana: el amor, la  codicia, la ambición, los celos, la traición, la lealtad, el honor. El quijote sigue cabalgando, hay terrores  disfrazados de molinos en cada esquina. Y no pasa una noche sin que  Hamlet busque al traidor  que asesinara  a su padre; sin que Macbeth se bañe en sangre  por la ambición de poder; sin que Romeo se encuentre con Julieta en alguna preparatoria de la ciudad
Hace medio siglo  de la publicación de los   referentes del Boom latinoamericano (Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa y Fuentes) hace 53 años de la publicación de “Rayuela” y 49 de “Cien años de Soledad”, 47 de “Conversación en la Catedral”, y 58 de  de  “La región más transparente”.    Lezama Lima publicaría  “Paradiso” en 1966, Juan Rulfo, su “Pedro Páramo” en 1955, Alejo Carpentier su “Siglo de las Luces”, en 1962, y  Miguel Ángel Asturias, “ El señor presidente “ en  1967.  Tuvimos entre nosotros una  Gabriela Mistral, aunque en vida se llamó también  Lucila Godoy; este 2016 se cumplen  59 años de su muerte. Su poesía iluminó  el vasto territorio latinoamericano. Ya ha llovido desde última generación literaria capaz de crear un estilo propio de literatura latinoamericana.
Seguimos escuchando la música venida  de un pasado que solo parece distante. Hace 266  años murió  Johan Sebastian Bach,  hace 189 Ludwig van Beethoven,  169 Felix Mendelssohn, y 79 que murió George Gershwin. Bela Bartok muere hace 71 años y Mstislav Rostropovich (y su cello imbatible) murieron hace 9 años. A todos los seguimos escuchando.
Como seguimos escuchando, como hace  52 años el primer disco de los Beatles (Please please me)  y como hace 45 del último (Let it be). Nos quedamos sin Lennon hace 36 años, sin Harrison hace 15. Pero la música del cuartero ahí está flotando en medio de la nube, que es nuestro registro Akáshico.
Pero, no importa, porque aunque no se escuchan los pasos de  Louis Amstrong desde hace 44 años, los de Ella Fitzgerald  hace 20, y  los de  Sinatra hace 18, ellos siguen cantando como siempre.
Hace 16 años que publiqué mi primer libro, y hace 31 que escribí mi primer artículo para  “El Mexicano” y en este 2016 escribí un  libro más, “ A dos tintas” (un diálogo poético en colaboración con la escritora sudcaliforniana,  Patricia Valenzuela) hace 28 años que hago radio.
Para entender este mundo pareciera que hay que saber palabras como:  Al Qaeda, Sunita, Chíita, Euro, globalización, Brexit, células madre,  ISIS, Palestina, Putin, Obama, petróleo,  Producto interno bruto, redes sociales,  Facebook, Y se usan menos palabras como amor,  cielo, noche, alma, amigo, compromiso, ven, alegría, justicia,  pasión, sentir, poesía, reír, abrazar.
Hace rato que se fueron quienes me sembraron.
Mis abuelos Eugenio y Juan Benjamín hace más de 60. María Elena, mi abuela paterna hace 31.Mi Madre Consuelo, hace 29. Mi abuela Tima, hace 28. Adolfo Morales Spínola, hace 25.
Según mis cuentas, hace 46 años (a los 15)   escribí mi primer poema, hace 31 publiqué mi primer artículo, en un periódico, y hace 16 mi primer libro: Nostalgia.
Sé que la vida es corta. Sé que no hay tiempo. Que nada hacemos solos, que poco – si es que hay algo – que concluimos en esta vida. Que lo que hacemos, de una forma u otra continua la obra de alguien, y que será otro quien continua la nuestra.
Este 2016 me hice de cuatro plumas más.

Ellas  siguen  goteando.     

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