Cerramos el 2016
¿Dónde estamos? ¿de dónde venimos? ¿qué buscamos? ¿qué causas hemos defendido?
¿De qué madera estamos
hechos? ¿algo hemos aprendido del pasado? ¿nos seguimos tropezando con las
mismas piedras? ¿hay algo que deseemos para nuestras vidas?
¿Entendemos algo más del
cosmos, del tiempo, de la vida – la que nos tocó vivir?
Termina un ciclo más. Un
solsticio más. Un tiempito entre los tiempos, esos, los inmemoriales. Nuestra
eterna brevedad. Nos gustan los ciclos. Inventamos
los relojes. El Tic tac. Suponemos el tiempo…tic tac… la vida.
No dejamos de
inventar.
Año tras año, desde
que la inventamos, la riqueza se acumula en menos manos, mientras la miseria se
expande inmisericorde como pandemia. Pero, con todo, algo de esto se había anunciado. Este 2016 se cumplen 240 años
de la publicación de “La riqueza de la naciones” de Adam Smith, su complemento,
“El capital”, de Carlos Marx, oráculo
del socialismo, cumple 149 años.
Nos inventamos el
poder.
La lucha por la
riqueza e incremento de poder del
establishment no se detiene. No importa
el nombre: Emperadores, Reyes, Monarcas, Presidentes, Sheik, Zar, Primeros
Ministros, Ayatolas. Desde que inventamos el poder las grandes potencias no han
hecho otra cosa sino enfrentarse mutuamente.
A los hombres, el
poder no se nos da. La historia nadie la
cuenta mejor que Tolkien, que supo de Hitler, de Franco, de Mussolini, de
Stalin.
No nos hemos cansado
de pelear.
Hace 80 años del inicio de la Guerra Civil Española, y
hace 41 que terminó la dictadura Franquista, que duró nada más 30 años (y nosotros nos quejamos de
Porfirio Díaz). El “Guernica” de Picasso este año cumplió 79. Antonio Muñoz Molina, Javier Cercas, José
maría Gironella, Javier Marías, Antonio y Juan Goytisolo, Almudena; autores, que, entre
muchos otros, siguen escribiendo las historias de esa Historia. Quizá no habrá
manera de escribirlo todo, de recordarlo todo, de saberlo todo, pero esto, poco
importa, porque cada memoria, cada recuerdo, cuenta.
No nos cansamos de
pelear.
Este 2016 se
cumplieron 102 de la Primera Guerra Mundial (con su Verdum y su Somme, las
batallas más cruentas de la historia moderna), y 77 del inicio de la 2ª que vio
nacer un nuevo modelo de guerra: La fría: enfrentamientos menores y amenazas de
dos bandas de malandrines, La OTAN y el Pacto de Varsovia. El Muro de Berlín,
el primogénito de la guerra fría, que partió al mundo en dos, duró vigente 29
años. Hace 82 años de Hisoshima y Ngasaki.
No nos cansamos de
matarnos
La Revolución Mexicana
(1919-1920) dejó 3 500 000 de muertos;
la Cristiada (1926-1929), 250 000 muertos.
Guerra contra el
narcotráfico en México (2006-2012): aproximadamente 145,000 muertos
En los últimos años en
México, alrededor
de 3000 mujeres, mueren cada año con
violencia.
Pareciera que vivimos
en una guerra civil. No hay piedad. Solo furia y miedo.
No nos cansamos de
escribir.
Miguel de Cervantes y
William Shakespeare murieron hace 400 años.
Fueron las primeras grandes plumas que hablaron de la condición humana: el amor, la codicia, la ambición, los celos, la traición,
la lealtad, el honor. El quijote sigue cabalgando, hay terrores disfrazados de molinos en cada esquina. Y no
pasa una noche sin que Hamlet busque al
traidor que asesinara a su padre; sin que Macbeth se bañe en
sangre por la ambición de poder; sin que
Romeo se encuentre con Julieta en alguna preparatoria de la ciudad
Hace medio siglo de la publicación de los referentes del Boom latinoamericano (Cortázar,
García Márquez, Vargas Llosa y Fuentes) hace 53 años de la publicación de
“Rayuela” y 49 de “Cien años de Soledad”, 47 de “Conversación en la Catedral”,
y 58 de de “La región más transparente”. Lezama Lima publicaría “Paradiso” en 1966, Juan Rulfo, su “Pedro
Páramo” en 1955, Alejo Carpentier su “Siglo de las Luces”, en 1962, y Miguel Ángel Asturias, “ El señor presidente
“ en 1967. Tuvimos entre nosotros una Gabriela Mistral, aunque en vida se llamó
también Lucila Godoy; este 2016 se
cumplen 59 años de su muerte. Su poesía
iluminó el vasto territorio
latinoamericano. Ya ha llovido desde última generación literaria capaz de crear
un estilo propio de literatura latinoamericana.
Seguimos escuchando la
música venida de un pasado que solo
parece distante. Hace 266 años murió Johan Sebastian Bach, hace 189 Ludwig van Beethoven, 169 Felix Mendelssohn, y 79 que murió George
Gershwin. Bela Bartok muere hace 71 años y Mstislav Rostropovich (y su cello
imbatible) murieron hace 9 años. A todos los seguimos escuchando.
Como seguimos
escuchando, como hace 52 años el primer
disco de los Beatles (Please please me)
y como hace 45 del último (Let it be). Nos quedamos sin Lennon hace 36
años, sin Harrison hace 15. Pero la música del cuartero ahí está flotando en
medio de la nube, que es nuestro registro Akáshico.
Pero, no importa,
porque aunque no se escuchan los pasos de
Louis Amstrong desde hace 44 años, los de Ella Fitzgerald hace 20, y los de Sinatra hace 18, ellos siguen cantando como
siempre.
Hace 16 años que publiqué
mi primer libro, y hace 31 que escribí mi primer artículo para “El Mexicano” y en este 2016 escribí un libro más, “ A dos tintas” (un diálogo poético
en colaboración con la escritora sudcaliforniana, Patricia Valenzuela) hace 28 años que hago
radio.
Para entender este
mundo pareciera que hay que saber palabras como: Al Qaeda, Sunita, Chíita, Euro,
globalización, Brexit, células madre,
ISIS, Palestina, Putin, Obama, petróleo,
Producto interno bruto, redes sociales,
Facebook, Y se usan menos palabras como amor, cielo, noche, alma, amigo, compromiso, ven,
alegría, justicia, pasión, sentir,
poesía, reír, abrazar.
Hace rato que se
fueron quienes me sembraron.
Mis abuelos Eugenio y
Juan Benjamín hace más de 60. María Elena, mi abuela paterna hace 31.Mi Madre
Consuelo, hace 29. Mi abuela Tima, hace 28. Adolfo Morales Spínola, hace 25.
Según mis cuentas,
hace 46 años (a los 15) escribí mi primer poema, hace 31 publiqué mi
primer artículo, en un periódico, y hace 16 mi primer libro: Nostalgia.
Sé que la vida es
corta. Sé que no hay tiempo. Que nada hacemos solos, que poco – si es que hay
algo – que concluimos en esta vida. Que lo que hacemos, de una forma u otra
continua la obra de alguien, y que será otro quien continua la nuestra.
Este 2016 me hice de
cuatro plumas más.
Ellas siguen goteando.
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