A veces te extraño, es decir, añoro mirarme en tus ojos,
acomodarme entre tus manos, recostarme en tu silencio,
envalentonarme en la comisura de tu pecho,
alegrarme al arribo de tu risa.
Me doy cuenta de te extraño, pero quizá a quién también extraño
( no me malentiendas)
es al que soy cuando estoy contigo.
Pero no estás. Y por lo mismo, no estoy.
Entonces, te escribo; y busco encontrarte (y quizá
encontrarme)
en los recuerdos,
en la memoria, en las palabras.
Misteriosamente el hombre que te escribe, se encuentra
en cada trazo, en
cada línea, con el
que ha estado contigo.
Pero hay veces en que no estás, y además, no se por qué, no escribo.
Extraño entonces (
además) al que soy cuando te escribo
( ese que nos rescata del olvido).
No puedo entonces sino volver urgente a ti, a la pluma,
y escribirte, desde mis otras nostalgias.
Entonces, palabra a palabra, te extraño,
(y me extraño) un
poco menos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario