miércoles, septiembre 04, 2013

Apuntes para improbable biografia

1.- Nací en Julio, era domingo  y estaba lloviendo.
2.- Mi abuelo paterno, Juan Benjamín Moncada, era trompetista, y dicen (decían) que habría tocado con las orquestas de  Luis Arcarás y Juan S . Garrido.
3.- Mi Abuela Tina,  se había enamorado de él sólo porque era músico.
4.- Mi abuela Elena Spinola, de ojos verdes y criolla de tercera generación se fugó adolescente de casa de sus padres en Campeche y se fue a vivir a Veracruz, donde hizo vida hasta que, después de tener a sus cinco hijos, vivió como madre soltera, borrando de los anales de la familia al abuelo, cuyo destino ha sido un misterio.
5.-  Mi papá siempre fue Atlantista. Nadie como Horacio Casarín declaraba de domingo en domingo ( ni Borja, ni Hugo, ni el Manolete, ni el “Chalo” Fragoso).
6.- Si mi papá veneraba al Atlante y al futbol, mi madre se declaraba fanática del Cha Cha Cha,  de Jorrín y la Orquesta Aragón.
7.- Hasta los 8 años, viví en edificios oscuros de la colonia Narvarte en la ciudad de México, y me entretenía escuchando la radio en la sala de la casa
 8.- La primaria la estudié en la escuela pública, José María Morelos y Pavón. No había árboles, ni pasto, ni platitas, sólo un terregal solitario.
9.- Tuve dos  hermanos y una hermana. Cuatro tíos paternos, cuatro tíos maternos. Quince primos maternos y veintiún paternos.
10.- Mis vacaciones usualmente eran en Veracruz, en casa de la abuela Elena. Esto duró años. Viajamos al puerto, en tren, en camión, en carro; en julio, en marzo, en diciembre; fui con mi familia, con mis primos y con mis amigos.  De ahí mi gusto por el café de Coatepec en “La Parroquia” , la Gordas, las Picadas, las Negras, el Chilpachole de camarón, los Pulpos en su tinta, la Mojarra, el Vuelve a la vida, la nieve de Guanábana, el mar nocturno, los Mangos y los tranvías.
11.- Desde que recuerdo, las fiestas de los Moncada estaban llenas de música, de poesía. Tíos y tías pianistas, escritores, periodistas, defensores de la Revolución Cubana, lectores de Cabrera Infante.Todos y todas con la sabiduría en el cuerpo a la hora del Cha Cha Cha, del Mambo, de la Huaracha, del Danzón.
12.- Comencé a leer con un libro que me regaló mi padrino. Yo tenía 13 o 14 años. El libro narraba las conquista del Everest por Hillary y el sherpa Tenzing,   del  Polo sur por Amundsen y del norte por Peary.  Las tres historias fueron cautivantes. Algo de ellos aparecía en mi, cuando años después , navegue el Amacuzac y me sumergí en Xoxafi.
13.- Ya de adolescente leí a Jardiel Poncela ( Amor se escribe sin hache), a Neruda ( 20 poemas de amor y una canción desesperada), a Victor Hugo (Los Miserables), Taylor Cadwell (La Columna de Hierro).
14. A los catorce años tuve mi primera guitarra y aprendí a tocar boleros, y a los dieciocho llegó el piano a la sala de mi casa y yo comencé con mis clases.
15.- Mi primer amor fue una niña que se asomaba por la ventana de su casa cuando nosotros ( adolescentes de 13 a 15) salíamos a jugar futbol a la calle. Ella nos miraba, yo creía que me miraba a mí. Cada uno de mis amigos  creía que lo miraba a él. Nunca supimos a quien miraba, pero todos jugábamos mejor.
16.- A los 17 años me hice Scout, y me mantuve en el movimiento hasta los 28, cuando viajé del estado de México a Tijuana.
17. Cuatro veces ,cuatro, hice en el balsa el río Amacuzac. Mi recuerdo aun gotea.
18.- Tres veces baje a la gruta de Xoxafi.
19.-   Como telón de fondo, a la menor provocación,  regresan líneas, páginas, capítulos de Cortázar, Victor Hugo, Neruda, Beneddetti, Sabines, Bolaño, Galeano, Elizondo, Tolkien,
20.- Siempre Bach. Siempre Bach,  y sus Suites para Cello, Glenn Gould y el Clavecin Bien Temperado, Jame Rhodes y el Adagio del concierto no. 3, en D;  Martha Argerich y la Tocata en C menor.
21.- Mi mejor maestro se llamó Armando Escobar. Jefe  Scout, amable, entero. Nos decía a los jóvenes hay que tener cuatro cosas : familia, escuela, novia y ser scout. Y si los scouts te impiden tener novia, habrá que dejar a los scouts. A su invitación navegué por primera vez el Amacuzac. Tenía 17 años y hasta ese domingo, nunca me había jugado la vida.
22.- Cuando salí de la preparatoria pude estudiar música.
23.- Desde la secundaria escribo.
23. Aun ahora, la música, y la literatura son los rieles sobre los que corre mi vida.
24.- La vida sigue siendo un misterio.
25. Cada noche de campamento, es única.    

     


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