La poesía la da voz a quien pareciera no la tiene, la poesía
es la palabra desde donde hablan
la luna, la noche, la bruma, el
viento, el fuego, la mirada, las manos,
los cabellos, la silenciosa cadencia de su paso (la de ella), la mirada
absoluta (la de él), el choque de los
cuerpos, que terminan siendo uno solo (los de ellos).
Solo la poesía nos permite decir
“Te quiero como gata boca arriba”, Gioconda Belli
“Cada palabra es un sitio para mirarte, cuando tú no estás”,
José Carlos Becerra
“Soy hija de mi misma, de mi sueño nací, mi sueño me
sostiene” Rosario Castellanos.
“Yo la enseñé a morir entre mis brazos”, Carlos Pellicer
“Es tan corto el amor y tan largo el olvido”, Pablo Neruda
“Besaré tus ojos, más grandes que tú toda, y que tú y yo
juntos, y la vida y la muerte” Tomás
Segovia.
“Es que anoche tus manos, en mis manos de fuego, dieron tantas dulzuras a mi sangre“ Alfonsina Storni
“Te invito a comer uvas esta tarde, o a tomar, café si
llueve, y a estar juntos, hasta la noche”
Jaime Sabines
“Cuántas veces he sido muerto y enterrado en el camposanto
de tu vientre, para renacer en medio de tus brazos ”, Adolfo Morales
“Me sabes de memoria, como las líneas de tu mano” Sandra Victoria
La poesía se escribe con las uñas, con los dientes, con el
sexo; la palabra sobrevive mientras los cuerpos arden, se hunden, se ahogan, se
entregan, se inmolan, se mueren, se entierran, se rescatan, se olvidan, se funden,
se desintegran, y se convierten en sueño, en briza, en lluvia, en tormenta, en oleaje, en humedad que corre
incendiando todo a su paso, en fuego que
arde sin extinguirse.
La decisión de proclamar el 21 de marzo, coincidiendo con el
equinoccio de primavera en el Hemisferio Septentrional, como Día Mundial de la
Poesía fue aprobada por la Unesco durante su 30º periodo de sesiones, que se
celebró en París en 1999.
Hay quien dice que el primer poeta se llamó Valmiki y vivió
hace poco más de 2000 años. Los nuevos
herederos de su oficio, nacieron hoy.
Salve poetas, los mor
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