domingo, abril 13, 2014

Sueño

Estás recostada a mi costado. Quieres dormir.
He sido testigo de cómo te despojas de las impertinencias, de los humores, de los cansancios, de la ropa  del día. Te sumerges poco a poco en la noche, es decir, en la penumbra de la habitación. Bajo las sábanas, eres un susurro, un deseo, un refugio, un alivio, un bálsamo. El otro diálogo. Abro mis brazos para recibirte con todo el cuerpo. Te acurrucas, y lo que se acomoda a mi cuerpo, lo que tengo entre mis brazos, es la nube antes de la lluvia; es la briza antes del viento; es el ocaso antes de la noche. A los pocos minutos  me miras tras el telón caído de tus párpados, me nombras, me hablas, me cuentas desde el silencio de tus labios. Mi brazo es un susurro tibio que te rodea. Tu cuerpo me dice que ahora duermes.
Yo no quiero dormir. No ahora. Afuera hace noche. Miro de reojo el destello de ella que se cuela hasta nosotros aprovechando un descuido de las cortinas. Nuestra noche tiene algo de silenciosa, de quieta, de impenetrable. Mientras yo tengo la tibieza susurrante  de tu cuerpo, pienso que afuera hace frío. No sé por qué, pero recuerdo otras noches; una, en un lugares lejano donde  llovía á a cántaros, y no había otro sonido sino la cascada incontenible sobre mi ventana; y recuerdo otra,  donde el frío  no daba tregua, y yo no tenía el resguardo de tu cuerpo  para sobrevivirla.
Suspiras, pareciera que algo vas a decir, pero no,   sólo musitaste algo, quizá sueñas y en tu sueño algo dices. No sé si sueñas que estás en una plaza, o en un café, o caminando por un parque donde conversas. Vives otra vida mientras en esta estás en mis brazos. En realidad no tengo una idea de lo que sueñas, es decir, de las vidas que vives mientras duermes. La verdad no sé por qué, nunca hablamos de ello. Quizá de tiempo en tiempo en lugar de preguntarte como ha sido tu día, debiera preguntarte, ¿en qué has soñado?, ¿a dónde has ido mientras duermes?.         
Ahora guardas silencio, quizá en tu sueño ya no tienes con quién hablar.
La noche arrecia.

Mi cuerpo se hunde poco a poco en el tuyo.   

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