martes, marzo 13, 2018

Explorador

Te exploré 

y encontré un territorio que confundía la realidad con el deseo. Quise -no sé si esto fuera posible- distinguir entre la que eres y la que imagino.

Con un afán de cartógrafo enloquecido palpé escrupulosamente cada extensión, cada pliegue, cada resquicio, cada hondura, cada poro de tu cuerpo.



Como cualquier explorador de lo imaginado seguí - quizá reconocí- las lineas de tu espalda y puse nombre a sus senderos. Los seguí hasta encontrarme con ciudades escondidas llenas de voces inmemoriales y de cantos sagrados. Escalé y descolgué tus hombros, dejando mis huellas (las de mis labios), hasta que finalmente, agotada de besarte, descansó mi boca al borde del precipicio de tus senos. 

No. 


No sé dónde es mi imaginación, dónde mi deseo, y dónde eres tú.

Ya no importa.

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