lunes, septiembre 17, 2012

Delirio




Locura.
Insensatez.
En mi Delirio una mujer me espera.
¿Estas ahí?
Soñarme entre tus brazos y amanecer  cobijado por tu piel.
Imaginar, desear, breve, fugazmente tu boca, dudar que al llamarte, sea tu voz la que encuentre y entonces… tu voz al teléfono susurrando “ven…”. Es una locura, es otra realidad.

Pasión que cuando inquieta, apacigua, cuando  humedece, incendia, cuando es econcreta, tangible, real, enloquece.  
Saber que quererte es insensato, que además quererte como te quiero es , impensable, irreal porque atenta contra la lógica mundana, por que  deposita el centro y devenir del mundo, el pasado y el futuro, lo tangible y lo inasible  en solo nombre: el tuyo.
He temido confrontar mi delirio, me ha dado miedo buscarte y no encontrarte, suponerte y no saberte, no quiero soñarte  y despertar sin tí con la duda: ¿ solo vives cuando yo duermo?

¿Estas ahí?
Este delirio de estar contigo, de correr por  calles y avenidas negando la existencia de los otros para iniciar el interminable rito de tu cercanía.  Este sorprenderme y engolosinarme ante cada vestigio de tu existencia, ante cada evidencia de tu vida en la mía: tu aroma, que es como tu otra sombra, migajas del pan que compartimos,  tu mano en mi cabello, mi nombre en tu boca, mis manos rodeando tu cintura, el silencio que pasa de tus labios a los mios, la cafetera encendida, los pasos que invariablemente, te anuncian, dos tazas vacías.
Una calle nos ha visto pasar, la luna nos ha mirado, mi  cama tibia te ha conocido. Y sin embargo… en ocasiones  me pregunto…¿ Estás ahí? .

Locura de conocerte.  De dudar de tu existencia. El caso es que a veces uno duda de su felicidad. Es tan difícil ser feliz, ( y cuando uno lo logra, o parece que lo logra, dura tan poco, la felicidad parece bruma entre lo dedos) que  cuando parece inalcanzable  uno termina por inventarse algo, no sé , lo que sea, un sueño, una fantasía, vaya, un  delirio. Yo no sé cuantas veces termino por preguntarme si eres fruto de mi experiencia o de mi imaginación. Dudo de una belleza, la tuya,  que la tarde en que te conocí, creí prohibida para mis manos, inasible en mi vida. Y de pronto ( sin esperarlo ,pero deseándolo ) tu voz  hablándome,  tu cercanía  respondiendo a mi acecho, tu cabello resbalándose entre mis dedos, mi mirada reconociendo, palpando  las profundidades del alma que  tus ojos  me mostraban , mi boca probando los indescifrables  aromas del ropaje que la vida te dio.

A veces te añoro   como una delirante invención, y después de comprobar tu existencia (hasta desalojar cualquier duda), te quiero  aun a riesgo de no contar contigo, de ser  única voz,  un amante solitario más,  un sueño, un delirio de mi mismo.
¿Pero acaso no cierto  que la locura se mece en la realidad?


Delirio. Solo existen los lugares que has pisado, las paredes que has tocado. Hay un mundo improbable, extraño y  lejano, quizá inexistente, por que tú no has estado ahí. Este mundo distante, intangible  lleno de personajes   aparece y se esfuma a tu paso.  Quizá yo mismo solo existo cuando me nombras, y  me desvanezco  en tu ausencia.
 No hay mas tiempo que el que trascurre a tu lado.
Este delirio que tu presencia torna en certeza.
Certeza voz, certeza piel, certeza abrazo, certeza mujer.
Existes, existo. Tu piel resuelve el enigma.
Quererte y probar, más allá de toda duda, que  me quieres también.
Mirarte y saber que me miras también.
Dolerme y saber que te duelo también.
Uno espera toda la vida para querer asi, por alguien así.
Sin detenerse en las horas, en las noches, en los incontables años ; dejando claro que lo que vale del día  ( de la vida quizá ) es un beso , una caricia , una canción compartida , un instante pues, un instante.
Tu voz llamando “ven…” lo mismo desde el teléfono que desde  la noche, desde mis brazos , como desde mis sueños.
Locura.
Insensatez.
En mi delirio, en mi realidad,  una mujer me espera.

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