¿En realidad qué sabemos del amor?
¿Cuánto tiempo hay que esperar ?, ¿qué hay que hacer, para
encontrarlo? (¿habrá “algo” que hacer ?)
Hay quien dice que el amor nos esperará en algún sitio, en alguna hora ( siempre
misteriosos y desconocidos) y habrá entonces (de cualquier manera) que llegar ineludible, puntual , a la cita
que se va construyendo lenta y
pausadamente, a lo largo de días, meses , años, desde el inicio de la vida
misma.
Es cosa del destino, dicen; y cuando se trata de destino
(dicen), hay que ser puntual. Hay que llegar a donde ella, justo en el momento
en que ella… no antes, no después. Hay que reconocer la corriente del tiempo
que nos llevará ahí, en el momento exacto.
Y cuando el momento llega,
¿somos capaces de reconocerlo?
(¿de reconocerla?)
¿de mirarle a los ojos ( de mirarla a los ojos) y saber, que finalmente la espera ha terminado ? Entonces.... sin vacilaciones ( entiéndase bien
esto, no es una cuestión menor, sin vacilaciones, sin dudas, con una certeza
inexpugnable) ¿le tomamos en los brazos? ( la tomamos en los brazos) ¿Reconocemos cuando el destino ha cumplido ?
entonces , nuevamente, sin ambages, sin temblor en las manos, ni en la mirada,
en la palabra, asumiendo nuestra historia,
¿asumimos lo que está en juego? ( entendemos; realmente
entendemos que ella esta aquí, y lo que está en juego cuando ella finalmente
está aquí).
No hacemos entonces, sin que nos tiemble el coraje, tomarla ( de la cintura,
del brazo, del hombro, qué más da) y caminar a su lado.
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