martes, agosto 06, 2013

Quizá porque escuchan  con la piel, 
quizá porque miran cuidadosamente  con cada mano, 
porque nacieron con los ojos abiertos a la noche,
quizá porque su alma es tan vieja como las montañas,
porque conocen el nombre verdadero de cada río,
porque reconocen  la   tristeza del mundo  en el gemido del viento,
y la ira  profunda  e intempestiva  en el océano encabritado;
quizá porque  intuyen desde niños el secreto inasible  de la vida
que se les escurre por los dedos, por los ojos, por el sueño.
Quizá porque en cada palabra que escriben descargan
 tierra, sangre, nube, fuego, humo, arena y ceniza.
Quizá por eso  ven en las sombras, escuchan en el silencio,
tocan y abrazan en la bruma.
Quizá por eso  ven a la triste humanidad  como nadie la ve.
Hombres y mujeres sin rostro, sin nombre, sin origen, sin  sustento;
Humanidad sin voz , sin palabras, sin susurros, ni gemidos ( cuanto llanto silencioso nos rodea);
incontables de ellos y ellas sin brazos, sin dedos, sin uñas ( sin abrazos, sin caricias, sin rasguños );
ciegos, sordos, mudos, mancos. Hombres y mujeres inasibles que deambulan por calles, avenidas, parques, mercados, iglesias, bares, cafés, sin tocarse, sin mirarse, sin escucharse.
Reconocen el olor del  miedo, el abismo de la soledad, la angustia de  la fugacidad en cada rincón de las ciudades .

Saben que este es el signo del tiempo y los tiempos:  La soledad, la angustia, el destierro.
Hombres y mujeres que han olvidado  nombre,  origen,  raíz,  esencia.
Pero ellos los ven.

Ellos, los que nacieron con los ojos abiertos a la noche,
los que tienen el alma tan vieja como las montañas,
los que abrazan la bruma,
los que denuncian con la palabra. 

Nos muestran aquello en que la humanidad se ha  convertido,
Gritan en cada esquina aquello que  hombres y mujeres han olvidado.
 nos recuerdan, son susurran, en sus cantos,
en sus palabras:
todos somos aire, y árbol, y bosque, y nube, y roca, y arena , y oleaje, y espuma, y trueno, y bruma…
y ojos, y brazos, y bocas, y lenguas, y palabras, y caricias, y aullidos, y canto, y herencia, y descendencia.
Nos recuerdan , nos convocan , nos demandan , nos exigen a que veamos más allá de la máscara, miremos de cerca en lo que nos hemos convertido,

recordemos lo humano, la vida, su nombre, el tiempo;
reencontrémonos, con piel (es) , con  rostro (s) , con mano(s), con origen(es), con palabra(s),

nos demandan con la palabra, somos. 

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