domingo, enero 20, 2019

CONSUELO


6.- Si mi papá veneraba al Atlante y al futbol, mi madre, Consuelo, – hija de Juan Benjamín y Tinita-  se declaraba fanática del Cha Cha Cha  de Jorrín y su Orquesta, de Olga Guillot, de los boleros de amor y desamor como “La Puerta” de Luis Demetrio, “El Reloj”, y “La barca” de Cantoral,  de la voz de Astrud Gilberto y su “Chica de Ipanema”, y de todo Álvaro Carrillo . Consuelo, llevaba lo Moncada en los pies.

Consuelo era, por decirlo de alguna manera, la responsable del Playlist de la familia (en otros tiempos se diría  que por ella pasaba el soundtrack de la familia Morales Moncada).  De este modo la sala, con el  aparato de sonido convertido en su corazón palpitante,  se convertía  en el epicentro de la casa.

A Consuelo, como a ninguno de sus hermanos, se le dio  la música como instrumentista. Recuerdo la historia que contaba de cuando de niña la enviaron por meses a unas clases de piano, que resultaron inútiles  y fastidiosas.  Luego entendí que lo suyo no eran ni el Barroco, ni el clasicismo  europeos, sino la salsa y el bolero cubanos. Y esto no era totalmente extraño, hay una línea Moncada que se sitúa en Cuba (de hecho, así se llamaba, Moncada,  el famoso cuartel asaltado por Fidel  Castro en aquel 26 de julio de 1953 cuando iniciaba su movimiento que terminaría por derrocar  a Fulgencio Batista en 1959).

Quizá por ello (aunque es de esas cosas, que nunca se saben)  en el ADN de Consuelo Moncada, encontraron su lugar incontables  Cha cha chas, Danzones, Mambos  Huarachas,  Sones, y Boleros nacidos en la isla caribeña.  Durante décadas, la casa se inundó de las voces de la Guillot y su “Tú me acostumbraste”; de Pérez Prado y su “Mambo número 8”;  la orquesta Aragón y su “Cachita”, de Enrique Jorrín y sus “Clases del Chaga Cha Cha”, de  Daniel Riolobos  y su “Cuenta conmigo”;  de Sonia “La única” y su “Te amaré toda la vida”. 

Mujer con corazón hecho de cadencias, le siguió de cerca , es decir de oido a José José, a Marco Antonio Muñiz, a los Hermanos Castro,  y terminó siendo fanática de Juan Carlos Calderón, creador, él solito de grupos como “Mocedades”, “Trigo Limpio” y “Sergio y Estíbalis”. 

La influencia del  papá trompetista Juan Benjamín, hicieron de Consuelo  una coleccionista de Herb Alpert y sus Tijuana Brass, por lo que era costumbre una mezcla musical que incluyera, lo mismo “Casino Royal”, “Tijuana Taxi”, o “Fandango”’.

La musicalidad de Consuelo la llevó a incorporar en sus gustos (y en nuestra discoteca) lo mismo a Sergio Méndez y su Brasil 66, a la voz aterciopelada de Astrud Gilberto con su “Chica de Ipanema”; aunque su musicalidad fue refractaria a las diversas formas de rock, por lo que Los Beatles y los Doors,  y sí fue escucha de Enrique Guzmán, Cesar Costa y Angélica María.

Si mi herencia paterna fue el futbol,  la  literatura Rusa y LA  Francesa; la materna es un gran pentagrama, un amplio teclado donde caben ritmos, voces, cadencias.

Mis gustos futboleros y literarios vienen del buen Spínola, mi soundtrack, mi playlist es herencia  completita, de Consuelo,  Moncada.

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