¿Dónde estamos? ¿qué causas hemos defendido? ¿algo hemos aprendido del pasado? ¿nos seguimos tropezando con las mismas piedras? ¿hay algo que deseemos para nuestras vidas en el tiempo que viene?
¿Entendemos algo más del cosmos, del tiempo, de la vida – la
que nos tocó vivir?
Termina un ciclo más; no entendemos bien el tiempo, así que
nos hemos inventado ciclos, y les hemos puesto nombres: eones, eras, centurias,
décadas, años. Un solsticio más. Un tiempito entre los tiempos, esos, los
inmemoriales. Contabilizamos nuestra eterna brevedad (la contabilizamos, somos
geniales). Nos gustan los ciclos.
Inventamos los relojes. El Tic tac. Suponemos el tiempo…tic tac… la vida, tic
tac tic tac. Ayer, hoy, mañana. Nos encanta el tic tac.
No dejamos de inventar
Somos los inventores de nosotros mismos.
Año tras año, desde que la inventamos, la riqueza se acumula
en menos manos, mientras la miseria (que nación junto con la riqueza) se expande inmisericorde como pandemia.
Inventamos la riqueza
y el poder que genera. Inventamos el trabajo, al patrón, al obrero, la
ganancia, la plusvalía. Este 2019 se cumplen
243 años de la publicación de “La riqueza de la naciones” de Adam Smith, su
complemento, “El capital”, de Carlos
Marx, oráculo del socialismo, cumple 152
años.
Nos inventamos el poder
La lucha por la riqueza e incremento de poder del establishment no se detiene. No importa el nombre: Emperadores, Reyes,
Monarcas, Presidentes, Sheik, Zar, Primeros Ministros, Ayatolas.
A los hombres, el poder no se nos da. La historia nadie la cuenta mejor que el buen
J.R.R. Tolkien, que supo de Hitler, de Franco, de Mussolini, de Stalin.
No nos hemos cansado de pelear
Se cumplirán 82 años del inicio de la Guerra Civil Española, y hace 44 que terminó la dictadura Franquista, que duró nada más 30 años (y nosotros nos quejamos de Porfirio Díaz). El “Guernica” de Picasso este año cumplió 81. Antonio Muñoz Molina, Javier Cercas, José maría Gironella, Javier Marías, Antonio y Juan Goytisolo, Almudena; autores, que, entre muchos otros, siguen escribiendo las historias de esa Historia. Quizá no habrá manera de escribirlo todo, de recordarlo todo, de saberlo todo, pero esto poco importa, porque cada memoria, cada recuerdo, cuenta.
No nos cansamos de pelear
Este 2019 se cumplirán 105 del inicio de la Primera Guerra
Mundial (con su Verdum y su Somme, las batallas más cruentas de la historia
moderna), y 80 del inicio de la 2ª que vio nacer un nuevo modelo de guerra: La
fría: enfrentamientos menores y amenazas de dos bandas de malandrines, La OTAN
y el Pacto de Varsovia. El Muro de Berlín, el primogénito de la guerra fría,
que partió al mundo en dos, duró vigente 29 años. Hará 74 años de Hisoshima y Nagasaki.
No nos cansamos de matar
La Revolución Mexicana (1919-1920) dejó 3 500 000 de muertos; la Cristiada
(1926-1929), 250 000 muertos.
Guerra contra el narcotráfico en México (2006-2017):
aproximadamente 234, 000 muertos
En los últimos años en
México, alrededor de 3000
mujeres, mueren cada año con violencia.
Pareciera que vivimos en una guerra civil. No hay piedad.
Solo furia y miedo.
No nos cansamos de escribir
Miguel de Cervantes y William Shakespeare murieron hace 403 años. Fueron las primeras grandes
plumas que hablaron de la condición
humana: el amor, la codicia, la
ambición, los celos, la traición, la lealtad, el honor. El quijote sigue
cabalgando, hay terrores disfrazados de
molinos en cada esquina. Y no pasa una noche sin que Hamlet busque al traidor que asesinara
a su padre; sin que Macbeth se bañe en sangre por la ambición de poder; sin que Romeo se
encuentre con Julieta en alguna preparatoria de la ciudad
Hace medio siglo de
la publicación de los referentes del
Boom latinoamericano (Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa y Fuentes) hace 56
años de la publicación de “Rayuela” y 52 de “Cien años de Soledad”, 50 de “Conversación
en la Catedral”, y 61 de “La región más transparente”. Lezama Lima publicaría “Paradiso” en 1967, Juan Rulfo, su “Pedro
Páramo” en 1955, Alejo Carpentier su “Siglo de las Luces”, en 1962, y Miguel Ángel Asturias, “El señor presidente “,
en 1967.
Tuvimos entre nosotros una
Gabriela Mistral, aunque en vida se llamó también Lucila Godoy; este 2019 se cumplirán 62 años de su muerte. Su poesía iluminó el vasto territorio latinoamericano. Ya ha
llovido desde última generación literaria capaz de crear un estilo propio de
literatura latinoamericana.
Seguimos escuchando la música venida de un pasado que solo parece distante. Hace
269 años murió Johan Sebastian Bach, hace 192 Ludwig van Beethoven, 172 Felix Mendelssohn, y 82 que murió George
Gershwin. Bela Bartok muere hace 74 años y Mstislav Rostropovich (y su cello
imbatible) murieron hace 12 años. A todos los seguimos escuchando.
Hoy seguimos escuchando, como hace 55 años el primer disco de los Beatles (“Please
please me”) y como hace 49 el último (“Let
it be”). Nos quedamos sin Lennon hace 38 años, sin Harrison hace 17. Pero la
música del cuartero ahí está flotando en medio de la nube, que es nuestro
registro Akáshico. Y sí, hace 52 años que escuchamos a Jim Morrison y sus
muchachos.
Nos hemos inventado, este suerte de breve eternidad, por eso
aunque no se escuchan los pasos de Louis
Amstrong desde hace 47 años, los de Ella Fitzgerald hace 23, y
los de Sinatra hace 21, ellos
siguen cantando como siempre. Y aunque Carlos Gardel, murió hace 83 años, los
que saben dice que está cantando mejor que nunca.
Hace rato que se fueron quienes me sembraron.
Mis abuelos Eugenio y Juan Benjamín hace más de 60. María Elena,
mi abuela paterna hace 34.Mi Madre Consuelo, hace 32. Mi abuela Tima, hace 31.
Adolfo Morales Spínola, hace 28.
Según mis cuentas a
los 15 escribí mi primer poema (pero
pude escribirlo las 14 o los 13; la
verdad, no lo recuerdo. Hace 19 años que publiqué mi primer libro, y hace 34
que escribí mi primer artículo para “El
Mexicano” y en el 2018 publiqué un libro más, “Tierrabajo”.
La vida es breve
Sé que la vida es corta; que no hay tiempo; que nada hacemos solos, que poco – si es que hay algo – que concluimos en esta vida; que lo que hacemos, de una forma u otra, continua la obra de alguien, y que será otro quien continúe la nuestra. Me han dicho que las batallas no se ganan, se heredan.
Sé que soy bendecido por el amor y que la generosidad de los
dioses es inagotable (sé que nos dieron el olvido y la esperanza), pero que el
mañana siempre será un misterio.
En el 2018 me hice de
cinco plumas más.
Este 2019 habrá más palabras (¿y por qué no?) más plumas.
Ellas seguirán goteando.
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