martes, enero 01, 2019

INICIAMOS EL 2019


¿Dónde estamos? ¿qué causas hemos defendido? ¿algo hemos aprendido del pasado? ¿nos seguimos tropezando con las mismas piedras? ¿hay algo que deseemos para nuestras vidas en  el tiempo que viene?


¿Entendemos algo más del cosmos, del tiempo, de la vida – la que nos tocó vivir?
Termina un ciclo más; no entendemos bien el tiempo, así que nos hemos inventado ciclos, y les hemos puesto nombres: eones, eras, centurias, décadas, años. Un solsticio más. Un tiempito entre los tiempos, esos, los inmemoriales. Contabilizamos nuestra eterna brevedad (la contabilizamos, somos geniales).  Nos gustan los ciclos. Inventamos los relojes. El Tic tac. Suponemos el tiempo…tic tac… la vida, tic tac tic tac. Ayer, hoy, mañana. Nos encanta el tic tac.

No dejamos de inventar



Somos los inventores de nosotros mismos.
Año tras año, desde que la inventamos, la riqueza se acumula en menos manos, mientras la miseria (que nación junto con la riqueza)  se expande inmisericorde como pandemia.
Inventamos  la riqueza y el poder que genera. Inventamos el trabajo, al patrón, al obrero, la ganancia, la plusvalía.  Este 2019 se cumplen 243 años de la publicación de “La riqueza de la naciones” de Adam Smith, su complemento, “El capital”,  de Carlos Marx, oráculo del socialismo,  cumple 152 años.

Nos inventamos el poder

La lucha por la riqueza e incremento de poder  del establishment no se detiene.  No importa el nombre: Emperadores, Reyes, Monarcas, Presidentes, Sheik, Zar, Primeros Ministros, Ayatolas.
A los hombres, el poder no se nos da.  La historia nadie la cuenta mejor que el buen J.R.R. Tolkien, que supo de Hitler, de Franco, de Mussolini, de Stalin.

No nos hemos cansado de pelear


Se cumplirán  82  años del inicio de la Guerra Civil Española, y hace 44 que terminó la dictadura Franquista, que duró  nada más 30 años (y nosotros nos quejamos de Porfirio Díaz). El “Guernica” de Picasso este año cumplió 81.  Antonio Muñoz Molina, Javier Cercas, José maría Gironella, Javier Marías, Antonio y Juan Goytisolo, Almudena; autores,  que,  entre muchos otros, siguen escribiendo las historias de esa Historia. Quizá no habrá manera de escribirlo todo, de recordarlo todo, de saberlo todo, pero esto poco importa, porque cada memoria, cada recuerdo, cuenta.

No nos cansamos de pelear

Este 2019 se cumplirán 105 del inicio de la Primera Guerra Mundial (con su Verdum y su Somme, las batallas más cruentas de la historia moderna), y 80 del inicio de la 2ª que vio nacer un nuevo modelo de guerra: La fría: enfrentamientos menores y amenazas de dos bandas de malandrines, La OTAN y el Pacto de Varsovia. El Muro de Berlín, el primogénito de la guerra fría, que partió al mundo en dos, duró vigente 29 años. Hará 74 años de Hisoshima y Nagasaki.

No nos cansamos de matar

La Revolución Mexicana (1919-1920)  dejó 3 500 000 de muertos; la Cristiada (1926-1929), 250 000 muertos.
Guerra contra el narcotráfico en México (2006-2017): aproximadamente 234, 000 muertos
En los últimos años en  México,   alrededor de 3000 mujeres, mueren cada año  con violencia.
Pareciera que vivimos en una guerra civil. No hay piedad. Solo furia y miedo.

No nos cansamos de escribir

Miguel de Cervantes y William Shakespeare murieron  hace 403 años. Fueron las primeras grandes plumas que hablaron de la condición  humana: el amor, la  codicia, la ambición, los celos, la traición, la lealtad, el honor. El quijote sigue cabalgando, hay terrores  disfrazados de molinos en cada esquina. Y no pasa una noche sin que  Hamlet busque al traidor  que asesinara  a su padre; sin que Macbeth se bañe en sangre  por la ambición de poder; sin que Romeo se encuentre con Julieta en alguna preparatoria de la ciudad

Hace medio siglo  de la publicación de los   referentes del Boom latinoamericano (Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa y Fuentes) hace 56 años de la publicación de “Rayuela” y 52 de “Cien años de Soledad”, 50 de “Conversación en la Catedral”, y 61   de  “La región más transparente”.    Lezama Lima publicaría  “Paradiso” en 1967, Juan Rulfo, su “Pedro Páramo” en 1955, Alejo Carpentier su “Siglo de las Luces”, en 1962, y  Miguel Ángel Asturias, “El señor presidente “, en  1967.  Tuvimos entre nosotros una  Gabriela Mistral, aunque en vida se llamó también  Lucila Godoy; este 2019 se cumplirán  62 años de su muerte. Su poesía iluminó  el vasto territorio latinoamericano. Ya ha llovido desde última generación literaria capaz de crear un estilo propio de literatura latinoamericana.
Seguimos escuchando la música venida  de un pasado que solo parece distante. Hace 269  años murió  Johan Sebastian Bach,  hace 192 Ludwig van Beethoven,  172 Felix Mendelssohn, y 82 que murió George Gershwin. Bela Bartok muere hace 74 años y Mstislav Rostropovich (y su cello imbatible) murieron hace 12 años. A todos los seguimos escuchando.

Hoy seguimos escuchando, como hace  55 años el primer disco de los Beatles (“Please please me”)  y como hace 49 el último (“Let it be”). Nos quedamos sin Lennon hace 38 años, sin Harrison hace 17. Pero la música del cuartero ahí está flotando en medio de la nube, que es nuestro registro Akáshico. Y sí, hace 52 años que escuchamos a Jim Morrison y sus muchachos.
Nos hemos inventado, este suerte de breve eternidad, por eso aunque no se escuchan los pasos de  Louis Amstrong desde hace 47 años, los de Ella Fitzgerald  hace 23, y  los de  Sinatra hace 21, ellos siguen cantando como siempre. Y aunque Carlos Gardel, murió hace 83 años, los que saben dice que está cantando mejor que nunca.

Hace rato que se fueron quienes me sembraron.
Mis abuelos Eugenio y Juan Benjamín hace más de 60. María Elena, mi abuela paterna hace 34.Mi Madre Consuelo, hace 32. Mi abuela Tima, hace 31. Adolfo Morales Spínola, hace 28.
Según mis cuentas  a los 15   escribí mi primer poema (pero pude escribirlo  las 14 o los 13; la verdad, no lo recuerdo. Hace 19 años que publiqué mi primer libro, y hace 34 que escribí mi primer artículo para  “El Mexicano” y en   el 2018 publiqué un  libro más, “Tierrabajo”.

La vida es breve

Sé que la vida es corta;  que no hay tiempo;  que nada hacemos solos, que poco – si es que hay algo – que concluimos en esta vida; que lo que hacemos, de una forma u otra, continua la obra de alguien, y que será otro quien continúe la nuestra. Me han dicho que las batallas no se ganan, se heredan.
Sé que soy bendecido por el amor y que la generosidad de los dioses es inagotable (sé que nos dieron el olvido y la esperanza), pero que el mañana siempre será un misterio.

En el 2018 me hice de cinco plumas más.
Este 2019 habrá más palabras (¿y por qué no?) más plumas.
Ellas  seguirán  goteando.   

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